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Basilio, para no perder de vista á Simoun, quiso fijarse en el cochero, y con asombro reconoció en él al desgraciado que le había conducido á San Diego, á Sinong el apaleado de la Guardia Civil, al mismo que le enteraba en la carcel de cuanto había sucedido en Tianì. Conjeturando que la calle Anloague iba á ser el teatro, allá se dirigió el joven, apresurando el paso y adelantándose á los coches.

Divertida y embelesada la atención en tanta riqueza y hermosura como contienen, no sabe el pensamiento dónde fijarse, ni por dónde empezar, ni acierta a poner orden en las palabras.

La ciega hablaba como si no lo fuera y así hacía siempre. Los comensales se miraban unos a otros sonriendo con una mezcla de alegría y de compasión. Elena, entusiasmada con el elogio, no parecía fijarse y le hacía preguntas y consultaba detalles. «¿Qué te parece, pondré sobre la chimenea un reloj imperio o una estatua? ¿Pondré la luz en el techo o en los rincones? Pocos muebles, ¿verdad?

La mano misericordiosa del coloso le volvió á su seguro refugio; pero después de esta aventura mortal parecía haber perdido las ganas de prolongar el paseo y guió á su protector hacia la Universidad. Siguiendo sus consejos, Gillespie marchó lentamente para fijarse en todas las particularidades del edificio que Ra-Ra le iba explicando.

Ideó consultar el caso con su tía; pero no quiso dar su brazo a torcer, y temblaba de que doña Lupe le dijese: «¿Ves?, ¡por no hacer caso de !». ¡Celos! ¿Y de quién? Fortunata mostrábase con todos tan fría como con él. Solía esparcir melancólicamente sus miradas por la calle, entre el gentío, sin fijarse en nadie, cual si buscaran a alguien que no quería dejarse ver.

Usted no podía dejar de fijarse en que tardaba demasiado en cumplir lo que le había prometido, y si él decía que la compasión le impedía dar un golpe mortal a esa mujer, a usted debió advertirle su corazón de amante que la vuelta del Príncipe al lado de la Condesa, era peligrosa, que la pasión, cuando parece muerta y ya sepultada, surge de improviso, más gallarda que antes.

Y obsesionada por estos recuerdos, doña Manuela permanecía inmóvil en la esquina, como asustada por el gentío, sin fijarse en las miradas poco respetuosas que alguno que otro transeúnte le dirigía.

El presbítero entraba furioso, y al pasar junto al Nacional hundíale éste en el morrillo las banderillas con toda su fuerza, diciendo en alta voz, como si consiguiese una victoria: ¡Pa er clero! Gallardo acababa por reír de las extravagancias del Nacional. Me pones en ridículo; van a fijarse en la cuadrilla, y dirán que somos toos un hato de herejes.

Así, puede verse en el Mar Rojo, en el de las islas Malayas y las de Australia, arrastrarse, fijarse allí el raro coloso llamado dugongo, que domina el agua con su pecho y sus mamas.

Pero lo que es guapa... ¡ya lo creo que me lo parecía usted! ¡Vaya un cuerpo... en fin, aquí está, gracias a Dios, y se puede ver! Poseído de súbito ardimiento amoroso, extendió ambas manos hacia el talle de Carolina, quien, deseando mostrarse pudorosa, pero no arisca, echó el cuerpo para atrás, diciendo con mucha monería: ¿Qué había usted de fijarse en nadie, estaba usted chalado con aquélla?