United States or Palau ? Vote for the TOP Country of the Week !


La que es linda no necesita pintarse, pues nada añade la pintura a su lindeza, antes la deforma y destruye. La que es fea, o poco agraciada, no conseguirá con inanes y fútiles ingredientes químicos aquella hermosura que le fué negada por la Naturaleza. Esta tendencia de la mujer al afeite es muy remota y tiene raíces psicológicas o instintivas difíciles de descubrir.

Corría el 7 de Julio, y sólo faltaban tres días. ¡Por todos los Santos del cielo, por lo que más amase su amiga, le rogaba que...! Rosalía se puso el dedo en la boca, recomendando la discreción. Andaba por allí Isabelita, y esta niña tenía la fea maña de contar todo lo que oía.

35 Esto, sin embargo, digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honorable, y para que sin impedimento os sirváis al Señor. 36 Mas, si a alguno parece cosa fea en su hija, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese.

Simplezas de algunos santos "En Trayguerra, oyendo un mozo simple predicar a San Vicente la fealdad del demonio, pidió a Dios se le mostrase para reñir con él. Sucedió pasar una pobre vieja, muda de nacimiento, muy fea y mal vestida, que llevaba una hoz en la mano. Juzgando el mozo que era el demonio, acometióla furioso, quitóla la hoz y la segó manos, orejas y narices.

Si no la admiraba, la oía: tal poder tiene el amor que se vale de todos los sentidos para consolidar su dominio pérfido. Pero, ¡extraño caso! jamás en el largo espacio de un trienio alzó la vista hacia el nido de Alejo, no observar aquella cosa fea que desde tan alto la miraba y la escuchaba con el puro fervor del idealismo.

Se apoderaban de la llave de las bóvedas y entraban en este lugar misterioso, al que únicamente subían los obreros de tarde en tarde. La catedral era fea y vulgar vista desde arriba. En sus primeros tiempos habían quedado las bóvedas de piedra al descubierto, sin más remate que una calada barandilla de aéreo aspecto.

Nueve veces, señora respondió tétrica, sepulcralmente, la Esfinge ; nueve... ¡nueve mil puñaladas! Para las últimas, no había en el corazón un sitio sin una herida ensangrentada. Ya no le parecía a la marquesa tan fea ni tan extraña aquella mujer. La carga de tales y de tantos dolores lo justificaba todo a sus ojos.

No, no; no tan horrible; algo vulgar tal vez, pero parecíais más encantadora... Y la mesa tan mal puesta. Todo tan... Nunca he comido tan bien. Aquella mansión desmantelada te hacía valer como si fueras una flor hermosa que parece más delicada, cuando más fea e inculta es la tierra en que brota. Os habéis vuelto poeta en vuestro viaje. ¡Oh! no, absolutamente, Reinita.

Si he de decir la verdad, doña Juana no es fea, pero tampoco es muy bonita; y ni por alta, ni por baja, ni por muy delgada ni por gruesa llama la atención de nadie. Llama, , la atención por sus miradas, por sus movimientos y porque, acaso sin darse cuenta de ello, se empeña en llamarla y en provocar a la gente.

Si no duermo, vale más que encienda luz y me levante, y abra el balcón y me asome a él... Pero no, tendré frío, me constiparé, cogeré una inflamación, una erisipela. ¡Ay, qué horror! Me pondré tan fea..., y es lástima, ¡porque soy tan guapa, me estoy poniendo... divina!