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Sintió Edwin una tierna conmiseración por los dos amantes, un deseo de protegerlos, de facilitar su entrevista, y para ello dejó caer sobre la mesa uno de sus brazos, colocándolo de modo que fuese como una barrera entre el ángulo donde quedaba la pareja con el grupo de servidores forzudos y todo el resto de la planicie.

También él cuando había conseguido una entrevista con miss Margaret en un paseo de Nueva York ó en un jardín de California, era capaz de no mostrar el menor interés ni llevarse la mano al sombrero aunque pasase por su lado el presidente de la República. El amor tiene bastante con sus propios asuntos y no deja espacio á las otras curiosidades de la vida.

Para complacer a la abuela, me siento muy capaz de decir , y aceptar la entrevista. Para complacerme a misma, me siento igualmente capaz de gritar no, y no aceptar nada. Cambio de opinión cada cinco minutos, lo que no es para llegar a una solución. Los estudios que he hecho en estos últimos tiempos sobre las solteronas, unidos a la intervención del padre Tomás, me ilustran asombrosamente.

Creo inútil firmarCristeta pensó: «¡Qué lacónico y qué escamado! Lo que él quiere es visita, entrevista para empezar a mentir, ponerse cariñoso y volverme loca. No, pues todavía noLlegado el día de la segunda cita entre Julia y don Juan, éste acudió primero.

Su única distracción era visitar á sus primos en sus escritorios ó pasear por la Rambla. ¿Por qué no ir?... Tal vez se engañaba, y la entrevista fuese interesante. De todos modos, tenía el recurso de retirarse después de una breve conversación sobre el pasado... Su curiosidad estaba excitada por el misterio.

El pobre me da lástima... Tan honrado y recto en todas sus cosas. ¡Si no fuese tan vulgar!... Otra vez pareció arrepentirse Margarita de estos elogios espontáneos y tardíos que enfriaban su entrevista. Julio parecía molesto al escucharlos. Y de nuevo cambió ella el objeto de su charla. ¿Y tu familia? ¿La has visto?...

Otros matrimonios más ridículos se hacen; por ejemplo, aquéllos que se arreglan en una entrevista única en un palco de la Opera, entre dos desconocidos que después se conocerán demasiado.

Ella cierra los ojos, suspira profundamente, y, poniéndome la mano en el brazo, dice: Antes de que se vaya, tengo que hacerle saber una cosa, para que no se deje engañar tan miserablemente. Mis padres no están durmiendo... En cuanto oyeron su coche, se encerraron... es decir, él fue el que la obligó a mamá... Esta entrevista nuestra en este sitio es una cosa preparada.

¡Dios mío! señorita, sabemos que vamos a encontrar de su lado una actitud un poco hostil... y, en ese caso, su entrevista va a causarle un verdadero disgusto... Permítame que se lo evite... o, al menos añadió sonriendo , que sufra yo las primeras descargas... Respeto mucho a la señora de Montauron, pero no le tengo miedo.

Se ignora lo que hizo la futura esposa del magnate en cuestion; lo que se sabe es que á los pocos dias de esta entrevista, la inglesa recibia una órden de destierro, sin obtener auxilio alguno. El magnate se casó por fin con la mujer que habia elegido últimamente, y tuvo de ella un hijo.