United States or Chile ? Vote for the TOP Country of the Week !


Dicho esto, retirose, y al día siguiente volvió para despedirse, pues aquella misma tarde se marchaba.

El ceño de la habilidosa muchacha se dilató por primera vez en todo el día, y los tres salieron apresuradamente con la alegría del regalo, oyéndose el ruido de sus empellones y correteos. Esto obscureció un poco la sonrisa de don Juan. Decididamente, su hermana era una loca, que odiaba el dinero. ¡Mire usted que tirar tres duros tan en tonto! ¿No hubiera quedado lo mismo con tres pesetas?

Junteme con la gente más perdida de aquellas playas, fecundas en héroes de encrucijada, y no cómo ni por qué motivo fui a parar con ellos a Medinasidonia, donde hallándonos cierto día en una taberna se presentaron algunos soldados de Marina que hacían la leva, y nos desbandamos, refugiándose cada cual donde pudo.

»Mas lo que se hacía insufrible era el no tener de día ni de noche treguas de las sangrientas molestias de infinitos mosquitos y tábanos de varias especies, molestísimos, cuyos aguijones nos desfiguraron sobremanera y nos duraron por mucho tiempo las señales.

Al día siguiente me presenté en lo de don Eleazar, de mañana. El patio estaba lleno de gente que cuchicheaba y accionaba con animación: las puertas del escritorio cerradas. Me acerqué y golpeé los cristales: al abrirme don Anselmo, que me reconoció, dos o tres de las personas del patio se arrojaron sobre la puerta del escritorio con la pretensión de entrar.

El día de la partida, mientras miraba pensativa alejarse el coche que conducía a la estación a los dos jóvenes, Diana le dijo: Esta idea de Juan, de llevarse a mi hermano antes del fin de las vacaciones, es estúpida.

También nos reunimos de día. Hoy van a leer un folleto que ha escrito uno en contestación al <i>Diccionario manual para inteligencia de ciertos escritores que por equivocación han nacido en España</i>. ¿Conoces ese librito? Es una sarta de necedades. Ostolaza lo ha llevado a casa, y por las noches él, el Sr. Teneyro y mamá lo leen y celebran mucho sus sandios chistes y groserías.

Cuando don Pablo Dupont iba a pasar un día con su familia en la famosa viña de Marchamalo, una de sus diversiones era mostrar el señor Fermín, el antiguo capataz, a los Padres de la Compañía o a los frailes dominicos, sin cuya presencia no creía posible una excursión feliz.

De esta manera estuve con mi tercero y pobre amo, que fue este escudero, algunos días, y en todos deseando saber la intención de su venida y estada en esta tierra; porque desde el primer día que con él asenté, le conocí ser estranjero, por el poco conocimiento y trato que con los naturales della tenía.

Y el estudiante maldito voceaba: -Señor primo, otra vez rásquese cuando le coman y no después. El otro decía: -Sarna de V. Md., señor don Diego. Nosotros dimos en no hacer caso; Dios sabe cuán corridos íbamos. Con estas y otras cosas, llegamos a la villa; apeámonos en un mesón, y en todo el día, que llegamos a las nueve, acabamos de contar la cena pasada, y nunca pudimos en limpio sacar el gasto.