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El extranjero pareció oír con suma complacencia mi elogio, y me dijo después de hacerme varias preguntas sobre la guerra, que tendría grandísimo contento en ser mi amigo. Sus refinadas cortesanías me tenían frita la sangre por la violencia y fingimiento con que me veía precisado a responder a ellas.

¿Lo ve usted? exclamó la buena señora, volviendo el rostro lleno de dulce condescendencia hacia Mario. ¡Cuando yo lo decía!... Bien, hija mía, bien; yo se lo diré... Para será el desaire si lo hay. Prefiero sufrirlo yo todo. Y para que vean ustedes adónde llega mi complacencia, ahora mismo se lo voy a decir; ahora que está solo en su cuarto... ¡Ea, valor!

A la sorpresa sucedía la complacencia en los amigos, y a la complacencia las hipótesis sobre la mayor o menor proximidad de la época del matrimonio y las conjeturas acerca de los motivos que habían operado tal cambio en la conducta de los novios.

Un poco más adelante me escribió de nuevo: «He visto a la señora De Nièvres me decía, y ha tenido la complacencia de considerarme como de los mejores amigos de usted. Con ese motivo me ha dicho cosas afectuosas que me demuestran que le quiere a usted mucho, pero que no le conoce muy bien.

El viejo ha sacado de debajo de la capa un grueso cartapacio y mientras lo ponía sobre la mesa ha repetido: , ; usted es crítico. Azorín, al ver el cartapacio, ha sentido un ligero escalofrío; toda su anterior complacencia se ha trocado en temor. No, no ha replicado ; yo se lo aseguro a usted: yo no soy crítico.

Todo lo relata, todo lo pinta con tan vivos colores, que parece que lo estamos viendo. Cuenta sus acciones heroicas sin fanfarronería, y jamás ha mortificado el orgullo de los hombres que le oyen con tanta atención, si no con tanta complacencia como las mujeres.

¡Ya me lo figuraba yo! exclamó Currita con maligna complacencia . Si quien habla mal de la pera, la bendice y se la lleva. ¡Exacto!

Guardó silencio obstinado, mirando fijamente a la copa de cerveza que tenía delante. Al fin, dijo con voz apagada: Nunca creyera a Isabel capaz de una acción tan fea. Entonces yo, entre compadecido y rencoroso, con la complacencia que sienten los desgraciados al encontrar otros como ellos, le dije: Amigo Villa, por lo mismo que le estimo a usted de veras, voy a darle un consejo franco y leal.

Contempladle; su frente altiva parece amenazar al cielo; su mirada imperiosa exige sumision y acatamiento; en sus labios asoma el desden hácia cuanto le rodea; en toda su fisonomía veréis que rebosa la complacencia en propio; la afectacion de sus gestos y modales os presenta un hombre lleno de mismo, que procede con excesiva compostura, como si temiese derramarse.

Así es, que sin ruborizarse, los siguió mirando con bastante complacencia, como objetos santos y nada pecaminosos. Pero los tres salieron al punto del agua, y pronto se vistieron de elegantes ropas. Uno de ellos, el más hermoso de los tres, llevaba sobre la cabeza una diadema de esmeraldas y era acatado de los otros, como señor soberano.