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Usted debe avergonzarse de . Si la compasión no fuera más fuerte, usted no conseguiría dominar la tentación de cambiar la naturaleza de los vínculos que nos unen, o venciéndola, sufriría usted demasiado en consecuencia. Todas estas cosas están fuera de las leyes, todas están destinadas naturalmente a perecer y hacer daño...»

Además, tenía una fisonomía de expresión inocente, cándida, y, en su misma inocencia, expresiva y coqueta; una de esas fisonomías, en fin, a propósito para hacer enloquecer a cualquiera y cambiar, como suele decirse, la faz de los imperios.

¿Y tan conformes los dos? dijo la otra, mirando a Sagrario con los ojos un poco fruncidos, mientras se abanicaba lentamente y se recostaba contra el respaldo del sillón. Tan conformes repitió la novia. ¡No es poca fortuna! añadió su amiga sin cambiar de postura ; sobre todo, para ti. Y para él ¿por qué no?

Como si pretendiese cambiar de postura en su asiento, volvió la cabeza más á la derecha, quedando bajo su radio visual el extremo de la plataforma donde estaban los dos amantes. Ahora pudo ver con claridad, considerablemente agrandado y en todos sus detalles, al joven doctor que estaba con Ra-Ra.

No he hallado nada en él de malo... Solamente que pienso que no acaba de entenderme concluyó por manifestar, viéndose apretada. Todo ministro del Señor repuso ásperamente el P. Gil entiende lo que es pecado, y esto basta. Pero la confesión que siguió, larga, sincera, fervorosa, regada más de una vez por las lágrimas, hizo cambiar la disposición del clérigo.

Futuro es lo que ha de venir, lo que ha de ser con respecto á un ahora real ó hipotético; porque de lo futuro se verifica lo mismo que observamos de lo pasado , esto es, que se le hace cambiar mudando el punto de su referencia: lo futuro para nosotros será pasado para los que vengan despues: lo que era futuro para los pasados, es presente ó pasado para nosotros.

Hoy los habitantes recogen la cantidad suficiente para ellos, de arroz, de maiz, de yucas, de bananas, de caña dulce y de maní; mas su comercio consiste solamente en un poco de arroz y de tabaco, que suelen cambiar por géneros y vestidos.

Lo que Manos Duras debía hacer si es que verdaderamente necesitaba seguir este mal negocio del robo de la señorita era montar en su «flete» sin pérdida de tiempo y llevarse la buena moza á cierto lugar en las orillas del río Limay, donde se habían dado cita para el día siguiente. Debía desistir de su vuelta al pueblo aquella noche. Era oportuno cambiar ahora el orden de la marcha.

Y, salvo en el comedor, no pude cambiar dos palabras con ninguno; todos estaban siempre jugando al bridge... Y estar jugando al bridge era como estar en la luna. Su majestad el Bridge resultaba el más absorbente de los déspotas.

Sin desalentarse, trabajó, trabajó, trabajó... Y, después de veintiún días de esfuerzo y de gastar treinta y cinco bloques de papel en borradores, tenía su cuento-poema concluido, muy concluido, y tan concluido, que ya no se le podía cambiar ni media coma. Llegó a del Laurel y a Aristarco, siempre reunidos en casa del primero, la interesante y breve composición.