United States or Kosovo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tendríamos, pues, que sólo el tercio de las representaciones de nuestro teatro sería para los estrenos. Así la Junta directiva podría mostrarse severa y aceptar sólo obras excelentes ó que ella juzgase tales.

¿Qué?... Y ante la mirada interrogante de Lubimoff, que no puede comprender, que se resiste á comprender lo que escucha, Toledo repite, cada vez más confuso: Se niega á aceptar la representación. Me ha dicho que busque á otro. Tiene unas ideas especiales que... Y se abstiene de exponer estas ideas.

¡No lo creo, no creo nada! decía, como si la negación le pareciese respuesta bastante eficaz a contrarrestar lo que acababa de oír. ¡Qué daño me hace causar a Vd. tanto mal! Y, sin embargo, es preciso; porque ni mi madre ni yo queremos aceptar la responsabilidad de ocultar culpas de esta índole.

Conociendo como conocía yo la entereza de carácter y los sentimientos de mi tío, evidente era que andaba en lo cierto en aquella suposición, y que por cierto lo tenía él aunque aparentaba lo contrario; pero yo no podía declarárselo así, porque declarándolo, o me manifestaba a sus ojos descariñado e inclemente, o aceptaba un compromiso que no podía aceptar, porque era otro muy distinto del suyo mi modo de ver aquellas cosas.

Después, desde la casa de la Condesa a la de don Braulio había pocos pasos que andar. Allanadas así las dificultades, hubiera sido una grosería no aceptar el convite. Don Braulio aceptó, pues, y en compañía de su mujer y de Inesita, los cuatro en el mismo landó abierto, fué aquella noche a la tertulia íntima y diaria de la Condesa de San Teódulo.

Helen Dry, moderadora de la LINGUIST List, explica en agosto de 1998: "La LINGUIST List, que modero, tiene por política aceptar información en todos los idiomas, ya que es una lista para lingüistas.

Le esperaba su madre como todos los días. Sin embargo, al negarse a aceptar aquel convite espontáneo y cordial, que en cualquier otra ocasión le hubiera halagado, obedecía a un presentimiento. No sabía por qué se le figuraba que le iban a convidar en casa de Vegallana, última visita que pensaba hacer. ¿Por qué le habían de convidar?

Y á pesar de su indiferencia por el dinero, se asombró al saber que se negaban á aceptar doscientos cincuenta mil francos por unas rocas socavadas por las olas y dos docenas de pinos moribundos. Yo presencié las entrevistas con los viejos.

»Para esta empresa contaba con un arma, en cuyo manejo era yo muy diestra, sin que nadie me le hubiera enseñado: el falso rubor de novicia en aquel pomposo ceremonial mundano. Nada como ese recurso para ver sin ser vista y ponerse en situación de aceptar lo cómodo y agradable, y desechar lo molesto, sin pecar de imprudente en lo primero, ni de torpe o de vana en lo segundo.

La credulidad natural basta para aceptar a fardo cerrado las creencias de nuestros mayores, cuando no se tiene ninguna, y es el mayor obstáculo para abandonarlas cuando se las tiene.