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¿Cómo bromas? gritó el médico . A fe de Somoza, que sin don Víctor ataca a mi primo Carraspique en broma, yo empuño la espada, le ataco en serio y las cañas se vuelven lanzas. Señores, aquella niña se pudre.... Se acabó la discusión, sin causa, o por causa de los vapores del vino, mejor dicho.

El miserable miraba siempre a la monja, repitiendo con admiración: «¡Qué hermosa es! ¡qué hermosa esPor fin, la voz chillona del alcalde vino a sacarle de su éxtasis, tanto más fácilmente cuanto que la monja había abandonado el palco apoyada del brazo de la superiora, y que dos alguaciles habían sujetado la brida de su caballo, a lo que él no opuso resistencia alguna.

Estuvo por allá toda la tarde, y vino muy de noche ya. Mientras tanto, la señorita había tenido dos ataques; ella la había asistido, porque no quiso que se llamase al médico. El sacerdote se encerró en su habitación. La señorita me mandó llamarle, pero no quiso acudir hasta que le fui a decir que estaba con un ataque.

¡Oh virtud, sombra vana, esclava del azar, Ay del que en creyó! ¡Oh vino, hiel mestiza que me haces patear. Ay del que te bebió! Lector mio, hasta la vuelta de Sevres y de Versalles. =Dia décimo séptimo=. Sevres. Las dos figuras. Importancia social y artística de una fábrica de porcelana. Versalles. Sus Museos. La escuela Vernet. Impresiones varias. Vuelta á Paris.

De trimestre en trimestre se alzaba, más temible, hinchándose más desmesuradamente ante sus ojos llenos de angustia, y dispuesta a precipitarse sobre él, a aplastarlo con el peso de su mole gigantesca. Así se había arrastrado su vida de plazo en plazo, como la de un condenado, desde el día solemne que fue alegremente celebrado y rociado con vino y con champaña en El Águila Negra.

ROPA VIEJA DE AVES. Se echa en una cazuela manteca, sal, pimienta, perejil y setas; se dora todo, agregando harina y se mezcla con ese picadillo el que se habrá hecho con trozos de ave sobrantes, mezclando también un vaso de buen vino blanco; se pone en un molde al horno, y se sirve con rebanadas de pan frito.

A Tucumán vino con este encargo el general La Madrid que, impaciente por obtener los reclutas y elementos necesarios para levantar su regimiento, no trepidó mucho en derrocar aquellas autoridades morosas y subir él al Gobierno a fin de expedir los decretos convenientes al efecto. Este acto subversivo ponía al Gobierno de Buenos Aires en una posición delicada.

Pero ¡cállate, condenado! exclamó la muchacha . Puesto a gritar, dale un viva al vino, porque me parece que vienes algo marcado. Estoy borracho, es verdad; borracho de entusiasmo, de vida, de inspiración... El porvenir es nuestro, nena; los jóvenes triunfaremos. eres la belleza, la musa de la juventud: deja que te cubra de flores.

El joven se sentó enfrente de los viejos al otro extremo de la cocina en una tajuela dejando en el medio el lar sobre el cual ya no había fuego. Flora después de vacilar un poco vino á sentarse á su lado. ¿Habéis metido ya toda la yerba en la tenada? preguntó el tío Lalo. Está toda dentro desde el miércoles. ¿Mucha? Poca, poca. Nuestro terreno es de secano y este año ha caído poca agua. Verdad.

Póstuma o no póstuma, tuvo una niña preciosa, a quien dieron en la pila bautismal el mismo nombre que a su madre. El vulgo añadió después al nombre el mismo epíteto, por donde esta niña, que será la principal heroína de nuestra historia, vino a ser apellidada Juanita la Larga.