United States or Guernsey ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ciento veinte y cuatro escalones tenía que subir D. Francisco por la escalera de Damas para llegar desde el patio al piso segundo de Palacio, piso que constituye con el tercero una verdadera ciudad, asentada sobre los espléndidos techos de la regia morada.

La de Candore quería seguramente para su hijo el brillante matrimonio que él tenía derecho a esperar, y corresponder a sus bondades introduciendo la perturbación en su casa era una verdadera falta de delicadeza. Olvídeme usted, amigo mío: olvide un momento de locura del que no tardaría usted en arrepentirse. Separémonos sin remordimientos, ya que no sin pesar.

Los pantalones correspondían á las mujeres, y era un atentado contra las conquistas heredadas de la Verdadera Revolución que este intruso, siendo un hombre, se empeñase en vestir de modo diferente á todos los de su especie.

A me gusta ser muy claro en mi vida; he sabido siempre en casos semejantes lo que otros arriesgaban y lo que yo mismo ponía en riesgo. Por fortuna, ni de una ni de otra parte se exponía nada muy preciado. Me gustan las cosas que se deciden prontamente y en igual forma se desenlazan. La felicidad, la verdadera dicha, es en una leyenda.

Habló muy quedo y con lentitud cautelosa, como quien teme denunciar su verdadera cavilación. Dijo que el Canónigo acababa de referirle los pormenores del lance con los moriscos. Paréceme exclamó gravemente que te pudiste ahorrar tanto riesgo, tratándose de enemigos villanos, para los cuales con algunos corchetes bastaba.

Mirada, pues, la poesía desde su punto más elevado, basta decir que es poesía para afirmar implícitamente que es verdadera y buena, así como toda alta moral y toda ciencia superior y profunda son poéticas en el mayor grado.

Los espectadores, contagiados por los del juego, se pasaban de mano en mano los jarros pagados á escote, y era aquello una verdadera inundación de aguardiente, que, desbordándose fuera de la taberna, bajaba como oleada de fuego á todos los estómagos. Hasta Batiste tuvo que beber, apremiado por los del corro.

Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia; otros, por el de la adulación servil y baja; otros, por el de la hipocresía engañosa, y algunos, por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra.

El matrimonio es la verdadera vocación de la mujer, y no veo nada de espantoso en que una guapa muchacha se case con un buen mozo de su gusto... ¿Qué dice de esto la señorita? Al decir esto me estaba pellizcando amistosamente una oreja y moviéndola para despertar mi atención. Es que, hasta ahora, no tengo gana de casarme... ¡Soy tan feliz a tu lado! Frase clásica de dama joven.

Á estas últimas palabras Sorege prorrumpió en una carcajada que produjo un ruido falso. Su mirada pasó por los entreabiertos párpados hasta fijarse en la cara de Tragomer para estudiarla con inquieto cuidado. Usted es, dijo, una verdadera amazona, miss Maud... Pero esas cosas no se hacen tan cómodamente como usted cree.