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Tomás lo sintió mucho, pues comprendió al fin que poco o nada podía esperar ya de su hermano. En cambio Rosa tuvo una verdadera alegría. El indiano continuó visitándolos de vez en cuando, siempre para llorar alguna pérdida o quiebra de su caudal, con el objeto de que no se les pasase por la imaginación demandarle auxilios pecuniarios.

Lo hacía con verdadera pena, pues las últimas aventuras, colocando al fox-terrier en su verdadero teatro de caza, habían levantado muy alta la estima del cazador por el perrito blanco.

Podrá intentar descifrarlo todos los días durante años y años declaró, y no conseguirá aproximarse a la verdadera solución. Está demasiado bien protegido para poderlo resolver por casualidad, y es, en verdad, la cifra más ingeniosa y segura que haya ideado el ingenio de un hombre.

La verdadera importancia de la declamación se nota principalmente cuando por la lentitud, monotonía y falta del énfasis correspondiente del actor, se hace lo que dice ininteligible, cansado y confuso.

Jaime bajó los ojos con una hipocresía infantil, y temeroso de llegar a su verdadera demanda, acometió el relato desde muy lejos.

Por último, llaman la atencion dos preciosos salones que imitan la arquitectura interior del Renacimiento, regular, simétrica, demasiado imitativa, delicada y culta pero sin espontaneidad; llena de perfiles, de relieves mitológicos, pero exenta de atrevimiento, de verdadera inspiracion, de vida.

Escríbame usted añadió estrechándome entre los brazos con verdadera emoción. De mi parte prometo hacer otro tanto. Animo y buena suerte. Todo le favorece para alcanzarla. Apenas había ocupado su asiento en la alta banqueta, cuando el mayoral tomó las riendas. ¡Adiós! repitió con una expresión en el rostro que revelaba a la vez ternura y satisfacción.

Nadie puede decir que no matará á un semejante suyo, á su padre, á su hijo, por un descuido inevitable; pero el hacer una política, una etiqueta, de la facultad de magullar al primer nacido, equivale á usurparme una seguridad que la moral debe garantirme, y juzgadas las cosas en su verdadera significacion, este hecho no es más disculpable que la accion del que extrae de mi bolsillo uno ó cien francos con sutileza y maestría.

Y enjugándose con su finísimo pañuelo una lágrima, que, falsa o verdadera, apareció en sus ojos, dejaba ver al descuido la bellísima flor de lis que traía en el pecho, y una magnífica pulsera de oro, en que con sus gruesos brillantes se leía incrustada la cifra de Isabel II.

Al oírla, creyéndola en todo verdadera, el padre interpeló a Ramón con la ira de la desesperación: ¿Cómo has podido hacer eso, miserable?