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Hay progreso en la ciencia; pero en el arte no hay progreso. Si Perícles resucitara hoy se quedaría turulato al oír el fonógrafo, al hablar por teléfono y al ver el alumbrado eléctrico, los globos aerostáticos, los ferrocarriles y la fotografía.

Ella lo llamó por teléfono para decirle que no volviese más a su casa, sin una palabra, ¡sin una mirada que atenuase tan brutal resolución!... ¡Cuánta mayor nobleza y sentimiento había en la pena de esta pobre muchacha soltera, casi solterona ya, que ahora le hablaba en nombre de su hermana menor!

Hasta el príncipe almorzaba ó comía muchas veces en el Hotel de París, avisando á última hora por teléfono. Este desarreglo doméstico lo aceptaba Toledo como algo providencial. La servidumbre había experimentado una baja irreparable con la partida de Estola y Pistola. Una mañana se le presentaron, balbucientes y emocionados, sin sus fracs largos de faldones.

En parangón de lo que hizo el siglo XVI, resulta inferior la obra de nuestro siglo, aunque no olvidemos ni dejemos de incluir en ella ciencias que pueden llamarse nuevas, tan importantes como la Química y la Filología comparativa, y descubrimientos tan ingeniosos y útiles como los del vapor para fuerza motriz, la fotografía, el telégrafo eléctrico, el teléfono y el fonógrafo.

Entonces, su sobrina ... no, eso era imposible: con aquéllos ojos tan cándidos no podía ser más que un ángel. Entonces, ¿qué pensar? No se razona siempre bien el primer impulso y las facilidades de comunicación que el telégrafo y el teléfono han creado en la sociedad, ofrecen á las personas vivas de genio numerosas ocasiones para dejarse llevar del calor de una impresión.

Asustada, a punto de perder el juicio, la enfermera llamaba entonces por teléfono al doctor Chevirev, que se encontraba en el restorán Babilonia, donde acostumbraba a pasar las noches. El doctor poseía el don de tranquilizar a los enfermos sólo con su presencia.

Había venido para saber cuándo regresaría don José de su viaje. Doña Cristina le contestó duramente. Podía haberse ahorrado la molestia de la visita, preguntando por teléfono. Es que, además, deseaba ver á ustedes dijo Sanabre. Muchas gracias contestó con altivez la señora. Agradezco su atención. ¿Entra usted?... Y con los ojos le daba á entender que podía retirarse.

«Récipe: A eso de las nueve, consommé con huevo fresco, filet mignon, chaud froid de perdices, vino del marqués de Riscal, panecillos de Viena, una chirimoya gruesa de las que gusta tanto la enfermita, dulces, café y media copa de chartreuse para entonar el estómago. De sobremesa, un rato de palique con Narcisito por teléfono o más de cerca.» ¿Habráse visto desvergüenza mayor?

La casa tenía que aclarar una cuenta con el escritorio de otra bodega: era asunto largo que no podía discutirse por teléfono, y Dupont enviaba a Montenegro como dependiente de confianza. Don Pablo, serenado ya por el trabajo, parecía querer borrar con esta distinción la dureza amenazadora con que había tratado al joven.

A media tarde habló por teléfono con él. Elena acababa de regresar de su correría por París, mostrándose satisfecha de sus numerosas visitas. Me asegura que por el momento ha parado el golpe, y todo se irá arreglando después dijo Torrebianca, no queriendo mostrarse más expansivo en una conversación telefónica. Cerrada la noche, volvió Robledo á la avenida Henri Martin.