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Sus modales torpes y bruscos como los de un elefante, la palabra estropajosa, la inteligencia tarda y oscura al parecer: sin embargo, después de tratarle se comprendía que era más socarrón que lerdo: rara vez miraba de frente a la persona con quien hablase.

Estas causas son: en primer lugar, la altura meridiana á que el Sol se eleva sobre el horizonte; en segundo lugar, la duración del día, esto es, del tiempo que el astro tarda en recorrer su arco diurno.

Ahora bien, yo te perdono, con que te emiendes, y con que no te muestres de aquí adelante tan amigo de tu interés, sino que procures ensanchar el corazón, y te alientes y animes a esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, no se imposibilita. Sancho respondió que haría, aunque sacase fuerzas de flaqueza.

Después de comer, Ron se pasa los palpos por la cara, como limpiándosela, con el mismo gesto que los gatos; a veces se lleva también su segunda pata izquierda a la boca, como si se estuviese hurgando los dientes. Una mosca cogida por Ron tarda en morir poco más de un minuto. En la succión del tórax emplea Ron veintiocho, treinta, treinta y tres minutos; en la del abdomen, uno o dos.

Si llega con felicidad a él, como ordinariamente acontece, la tripulación, rendida y jadeante, no tarda en saltar sobre el muelle, limpiándose los pantalones con el pañuelo para después restituirse alegremente al seno de sus familias. No de cuándo data la institución de que quiero dar cuenta: es posible que haya nacido bajo el gobierno paternal del señor Moyano, aunque no lo afirmo.

Copérnico y Galileo fueron los primeros en descubrir y demostrar esas dos grandes verdades astronómicas. Duración del año.= La duración del año, esto es, del tiempo que la Tierra tarda en efectuar una de sus revoluciones alrededor del Sol, ó bien, del tiempo que transcurre entre dos pasos por el mismo equinoccio, es de: 365 días 24 ó 365 días 5 horas 48 minutos y 47 segundos.

No ... porque, como, lo repito, no he amado nunca, no si es posible que se ame así como vos decís, tan pronto. ¿Cuánto tiempo tarda en arder la leña seca? ¡Ah! El tiempo que tarda en acercarse á ella el fuego. Pero la llama dura poco... Pero cuando acaba ha consumido la leña. ¿Y vos sois... leña seca...? yo os creía leña verde. Os engañáis.

Estas cosas... no sabe una cómo tratarlas... Depende de la cara que pongan; a lo mejor salen con aquello de «vuelva usted...». Me voy, me voy; ya me entra la desazón... tardaré... pero no tarda quien a casa llega... Sobre todo si no trae las manos vacías. Vete, hija, vete, y el Señor te acompañe y te afine las entendederas. Si yo tuviera tu talento, pronto saldría de estas trapisondas.

Vendrá, vendrá él, y te aseguro que si tarda cuatro días es mucho tardar. ¿No ves que esa familia no tiene un nene que la alegre?... ¡si se están todos muriendo de ganas de chiquillo...! , trabájalo bien, que nos ha venido Dios a ver con este hijo de nuestras entrañas... Yo estoy muy orgullosa, porque él Santa Cruz es como hay Dios; pero su poco de Izquierdo no se lo quita nadie: las dos familias están de enhorabuena... Ya he empezado yo a sacudirme las pulgas, y esta tarde le eché su puntadita a Plácido para que nos diera la casa gratis... ¿Qué te crees?... Si están los Santa Cruz con tu hijo como chiquillos con zapatos nuevos... Te diré una cosa que no sabes.

''Mañana, creo yo -dije-, porque está aquí un bajel de Francia que se hace mañana a la vela, y pienso irme en él''. ¿No es mejor -replicó Zoraida-, esperar a que vengan bajeles de España, y irte con ellos, que no con los de Francia, que no son vuestros amigos? ''No -respondí yo-, aunque si como hay nuevas que viene ya un bajel de España, es verdad, todavía yo le aguardaré, puesto que es más cierto el partirme mañana; porque el deseo que tengo de verme en mi tierra, y con las personas que bien quiero, es tanto que no me dejará esperar otra comodidad, si se tarda, por mejor que sea''. ''Debes de ser, sin duda, casado en tu tierra -dijo Zoraida-, y por eso deseas ir a verte con tu mujer''. ''No soy -respondí yo- casado, mas tengo dada la palabra de casarme en llegando allá''. ''Y ¿es hermosa la dama a quien se la diste?, dijo Zoraida.