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¡Cómo!... Yo doy guerra a la abuela, tengo un carácter infernal y, por añadidura, no soy seria... La cosa era fuerte. Detrás de seguía el susurro, pero con pausas. Bien necesitaban tomar aliento... Al cabo de unos instantes las dos buenas almas echaron de ver probablemente que no estaban nada edificantes o se les acabó el asunto de la conversación.

La sazón del tiempo, que era la del verano, la comodidad del sitio, el resplandor de la luna, el susurro de las fuentes, la fruta de los árboles, el olor de las flores, cada cosa déstas de por , y todas juntas, convidaban a tener por acertado el parecer de que allí estuviésemos el tiempo que las fiestas durasen.

La justicia es el escándalo... Yo quiero ver a Inés, y conseguiré de ella con una palabra más que toda la curia con una montaña de papeles. Señora madre, esto que digo es inspiración de Dios, me salen estas palabras del fondo del alma, siento dentro de un blando susurro, como si la voz de un ángel me las dictara.

Carmen, poseída de piedad, comenzó a decirle con su voz hialina, como susurro de arroyo: Yo te perdono, Julio; yo tengo mucha lástima de ti...; yo te quiero...; y Dios también te quiere y te perdona...; no te mueras con rencor ni con maldad...; reza..., reza el nombre de Jesús...; ya amanece tu día, Julio....

¡Mi pobre invalidito! decía con susurro amoroso . ¡Tan feo y tan inútil que me lo han dejado esos pillos!... Pero, por suerte, me tiene á , que lo adoro... Nada importa que te falte una mano; yo te cuidaré: serás mi hijito. Vas á ver, cuando nos casemos, con qué regalo vives, cómo te llevaré de elegante y acicalado... Pero ¡ojo con las otras!

Escuché, miré: la garrucha del pozo, en aquella hora del mediodía, chirriaba dulcemente en el patio; sobre las moreras, a lo lejos de las arcadas, se secaban sobre papel de seda las hojas de de la cosecha de octubre; de las puertas medio cerradas del aula venía un susurro lento de declinaciones latinas.

Y otra voz silbada y misteriosa, la voz del viento en las ramas secas del plátano, le murmuraba con prolongado susurro: Sube, sube, sube. Subió. Al llegar al segundo peldaño tropezó pisándose el traje por delante, y sólo entonces echó de ver que su bata de merino negro, manchada por la asistencia, arrugada por las vigilias, era muy fea y de corte asaz descuidado.

Los manzanos y otros frutales estaban también en flor. Y la hierba nueva en el suelo y los tiernos renuevos en los álamos y en otros árboles lo esmaltaban todo de alegre y brillante verdura. Los pajarillos cantaban; el sol naciente doraba ya con vivo resplandor los más altos picos de los montes, y un ligero vientecillo doblegaba la hierba y agitaba con leve susurro el alto follaje.

La interrumpió Gillespie con una voz que para él era casi un susurro: Lo , profesor; el hombre se llama Ra-Ra.... ¡Más bajo, gentleman! dijo el traductor . Ese nombre no le conviene á nadie repetirlo en los presentes momentos. Digamos «él» simplemente, y nos entenderemos lo mismo. ¿Cómo le ha conocido usted?

Aquello no podía continuar: Carmen debía retirarse. Aún no se había hecho al herido mas que la primera cura, y quedaba mucho trabajo para los médicos. La esposa acabó por salir de la habitación, empujada por los amigos de la casa. El herido hizo una seña con los ojos al Nacional, y éste se inclinó, esforzándose por comprender su ligero susurro.