United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


A nosotros nos está prohibido poseer dinero, pues nuestras pequeñas necesidades personales son suplidas por el padre superior, y de las riquezas de este mundo nada deseamos, salvo aquello necesario para socorrer a los pobres y aliviar a los afligidos. No tema usted le dije riendo, tendrá una suma para ese objeto.

Con esta puerta se liga una anécdota, que pinta a lo vivo el carácter de los nobles sevillanos de aquel tiempo. Era en 1540. Por ella salían los sevillanos para ir a socorrer a Gibraltar. Don Rodrigo de Saavedra llevaba el pendón de la ciudad; pero la puerta de entonces era tan baja, que el pendón no podía pasar sin inclinarse.

Irían juntas a la calle de Mira el Río, porque Jacinta tenía un interés particular en socorrer a la familia de aquel pasmarote que hace las suscriciones. «Ya le contaré a usted; tenemos que hablar largo». Ambas estuvieron de cuchicheo un buen cuarto de hora, hasta que vieron aparecer a Barbarita. «Hija, por Dios, ve allá. Hace un rato que te está llamando. No te separes de él.

Entonces es usted feliz, hijo mío. ¡, lo soy! exclamó el doctor cayendo de hinojos, porque poseyendo esa fe ciega puedo postrarme a sus pies y decirle: «Padre mío, nadie mejor que usted merece que rodee su cabeza la aureola de los santos, puesto que ha consagrado a curar a los enfermos y a socorrer a los pobres su existencia entera. Todas sus acciones son puras y benditas a los ojos de Dios.

Celebramos de todo corazón que el percance no tuviera otras consecuencias que el susto del momento y los sinsabores subsiguientes por la falta de recursos con que se halló el joven para socorrer a la señorita en el estado angustioso y a todas luces lamentable en que salió de la mar.

Que siendo el don Francisco, como es notorio, muy diestro, y muy bravo, y muy valiente, y viendo el declarante que no podía socorrer á su señor, tomó el partido de ir á buscar una ronda, y huyó dando voces.

D. Alonso le siguió hasta Andalucia por socorrer á su tio, y desde entonces ya principió á pensar seriamente en la conquista de Zaragoza; bien que el cerco no se puso con estrechez hasta principios de 1114.

De estos tres hombres, uno era grueso y con la barba negra; otro era delgado y con la barba rubia, y el tercero, que no era grueso ni delgado, no tenía barba. Pero los tres pensaron seriamente en que había que socorrer al pobre enfermo, y los tres se encaminaron a su casa, cada uno por distinto camino.

La señorita Florentina, consecuente con sus sentimientos generosos, quiso atenuar la pena de no haber podido socorrer en vida a la Nela, con la satisfacción de honrar sus pobres despojos después de la muerte. Algún positivista empedernido, criticona por esto; pero nosotros vemos en tan desusado hecho una prueba más de la delicadeza de su alma.

Tal vez que otra se levantaban corriendo para ir a socorrer a algún mosquito infeliz que se había caído boca abajo y que se revolcaba en la arena con horrísonos chillidos; otras veces llamaban imperiosamente al que se desmandaba y le residenciaban ante el consejo de doncellas y amas de cría, amonestándole suavemente o recriminándole con dureza y administrándole algún leve correctivo en la parte posterior, según el sistema y el temperamento de cada juez.