United States or Eswatini ? Vote for the TOP Country of the Week !


La diferencia de clase que hay entre usted y yo, y la escasez de mis bienes de fortuna, no me dieron nunca ánimo, mientras estuvo usted aquí, ni para soñar siquiera que podría yo pretender a usted a fin de que hiciese mi dicha, aceptando mi mano.

Falto de víveres y sobre todo de un gefe, fue pasando de la abundancia á la escasez, de la escasez al hambre, del hambre á la anarquía. No pudo, al fin, sufrir mas: tuvo que apelar á la piedad del vencedor, y hasta en ese momento fue el mas desdichado de los pueblos. No obtuvo de él sino la vida, no obtuvo siquiera el derecho de permanecer en sus hogares, de conservar su hacienda.

Andando así, hablé al solariego de sus obras, declarándole honradamente que no las había leído. No me extraña ni me duele me contestó , porque otros hay con más obligación que usted de conocerlas, y ni siquiera saben que están escritas, ni que sea yo capaz de escribir libros. Andan así las cosas, y ya se irán arreglando de otro modo, si Dios quiere.

No había nadie que la auxiliase. No había siquiera agua. Alzó la cabeza del joven, la puso sobre su regazo, le dió aire con su sombrero y le hizo oler un pomito con perfume que traía. Al cabo de pocos minutos abrió los ojos: no tardó en ponerse en pie. Estaba avergonzado de su flaqueza. Clementina se mostraba con él afectuosa y compasiva.

El nombre de éste figura en los protocolos por esta razón; el de Antonio Pérez no se menciona siquiera, y el hecho es que en la paz de Vervins, firmada el 2 de mayo de 1598, no se comprendió á ninguno de los dos . Dos incidentes derivados del descubrimiento de las inteligencias de Antonio merecen especial atención.

La esfinge sospecha que Fidel la ama, y á ella no le disgusta Fidel, el cual, tan apasionado se halla, que ni siquiera admite la posibilidad de su dicha. Fidel no le ha hablado nunca; pero la saluda con los ojos cuando la ve sola detrás del cristal, y ella le contesta del mismo modo..... (

Aurora era una joven que había sido segunda doncella durante algunos años en casa de Escudero, se había casado con un tipógrafo y vivía en el Puente de Vallecas. ¡Ay, señora, qué cambiada está! No la conocería si la viese. ¡Qué delgada, qué descuidada, qué sucia! Vergüenza me dio siquiera que hubiera besado a los niños... Doña Eugenia dejó escapar un grito doloroso y se puso en pie de repente.

La baronesa Fulana iba con el suyo en carruaje, mientras el marido guiaba afanoso los caballosNo quedaba dama en la corte a quien no le arrancara una tirita de pellejo. No perdonaba siquiera a su esposa.

Por consiguiente, al pedir usted mi mano, no espera, no puede esperar, que le con ella ese cariño, ni las llaves de mi corazón, ni el derecho de preguntarme siquiera por lo que yo tenga encerrado en él.

No volveré á ofenderos, ni siquiera á hablar, dijo la joven, pero quisiera continuar en vuestra compañía hasta salir del bosque. ¡Vos no podéis ofenderme! exclamó Roger alborozado al verla. Lejos de eso, yo soy quien debí refrenar la lengua.