United States or Cambodia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Con algunos hombres pasaba lo mismo. Otros estaban perfectamente serenos. Entre éstos, el que menos pensaba en su situación corporal era, sin duda, Raimundo, absorto por completo en la que ocupaba moralmente. Clementina, a despecho de su amor y de sus promesas, no dejaba de coquetear con Escosura. Estaban sentados en dos sillas contiguas, frente al asiento que él ocupaba.

La miró Julio, pasmado en medio de un quejido, y bajando los ojos, desde los serenos de la niña hasta la limosna refrigerante del agua, bebió ansioso y dejó de quejarse. Carmen, llena de misericordia, se sentó callandito cerca de la cama, y allí se estuvo con las manos cruzadas sobre el regazo, con una blanda actitud de meditación y de tristeza....

El Casino, que es como si dijéramos todo San Sebastián, ha cerrado ya sus puertas. No queda ni un solo establecimiento abierto. Los serenos, únicos transeúntes de la ciudad, marcan lentamente sus pasos en el silencio profundo. San Sebastián duerme. Desde mi balcón, sin embargo, en el hotel de enfrente, yo veo una ventana iluminada.

El alcalde, el alguacil, los serenos cayeron sobre él, poniéndole al pecho los chuzos, el estoque y el sable. Y a un tiempo gritaron todos: ¡Date, ladrón! El criminal levantó hacia ellos su faz despavorida, más pálida que la cera. ¡Ay, re... si es don Jaime, así me salve Dios! exclamó un sereno bajando el chuzo. Todos los demás hicieron lo mismo, mudos de sorpresa.

La puerta del cuarto se abrió repentinamente; el poeta silbado se presentó; estaba pálido, pero tranquilo al parecer: a primera vista comprendí, no obstante, que aquella tranquilidad era ficticia y que la sonrisa que contraía sus labios tenía mucha semejanza con la de los ajusticiados que quieren morir serenos.

Nosotros le hablábamos alegremente de las cosas triunfantes de la vida, cosas armoniosas entre : de locuras de juventud, de fragancia de primavera, de alegres cenas, de paseos campestres bajo la inmortalidad del sol, de los víveres honrados, fecundos y serenos como mansas corrientes. Y de besos.

Por eso las palabras «padre», «madre», «hijo», «amigo», eran las únicas que dominaban aquella triste armonía de suspiros y sollozos. ¡Terrible debía ser la pena que hacía humedecerse aquellos ojos acostumbrados á contemplar serenos la muerte todos los días entre los abismos del enfurecido mar!

Saltaron rotos los vidrios de las ventanas, y poco después empezaron á salir por ellas, como proyectiles, los muebles, las ropas y toda clase de objetos. En vano algunos, más prudentes y serenos, protestaban del absurdo destrozo. ¡Pero si eso no es de ella!... ¡Si todo pertenecía á don Enrique el italiano!

Pues sin ventura le llamáis, contestó con la voz triste Margarita, mirando con sus ojos serenos a doña Guiomar, noticias debéis tener seguras de sus desdichas.

Sus ojos claros, serenos y como velados, eran, según decía Miquis, de la misma sustancia con que Dios había hecho el crepúsculo de la tarde.