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Escribió una mañana a Juana, diciéndole que iría a verla, salvo contraorden, a las tres de la tarde, porque tenía que confiarle algo muy importante y agradable. Juana, algo intrigada con aquel misterio, la esperó a la hora indicada. Viola entrar en su gabinete con un sirviente portador de una de esas casillas de mimbre, adornada con cordones, franjas y borlas, que se usan ahora para los perros.

Dígase lo que se quiera, esa nobleza es la única felicidad de los ricos. Por ella, sólo por ella, los admira el mundo. Todo lo demás que en ellos envidia la multitud es como la corona de oropel que ciñe la frente del comediante. ¡Noble dignidad, dignidad envidiable que pone a salvo las prendas más altas del corazón!

Modelo de cristiana humildad para con Dios, Lucía era tan orgullosa o más orgullosa que yo en sus relaciones con el prójimo, salvo que mi vileza primitiva había cortado las alas de mi orgullo y su orgullo tenía alas, aunque estaba herido por mi culpa y por mi vergüenza. Una tristeza dulce y al parecer sin causa se pintaba en su rostro desde que salió del convento.

Esta es la casa abandonada de que nos habló: adelante, todo derecho. Tres horas de fatiga y estamos en salvo... por ahora. El que así habló era un muchacho alto, moreno, nervudo y fuerte, con tipo de castellano viejo. Tenía los pies doloridos y andaba penosamente. Pateta estaba desconocido. El gatera madrileño, de aspecto endeble, se había robustecido con el aire del campo.

A evitar las crueldades de Tapacari se destinó otro cuerpo de tropas de igual fuerza, que despues de haber combatido á los rebeldes, salvó oportunamente á las mugeres españolas, que tenian ya recogidas y encerradas para hacer con ellas el cruel atentado de enterrarlas vivas.

Por nada del mundo quisiera yo más tragedia. Yo no soy vengativa, pero hay personas que lo son. Guárdese usted de ellas, y póngase en salvoAsí terminaba la carta, firmada sólo con la inicial R. Madame Duval la llevó a la fonda donde el gaucho vivía, y estuvo presente a su lectura. No bien acabó de leer, Pedro Lobo dijo furioso: Me insulta y hasta se atreve a amenazarme.

Allí lo habían conducido, cubierto el rostro, desde su prisión subterránea y allí se había dado orden de llevarme sigilosamente tan luego me encontrasen. También se despachó un mensajero al palacio de Tarlein, con encargo de anunciar al general Estrakenz y a la Princesa, que el Rey se hallaba en salvo y deseaba conferenciar con el General sin pérdida de momento.

Los que aun abrigan preocupaciones contra los extranjeros, pueden responder a esta pregunta: Cuando un forajido, un furioso, o un loco frenético llegase a apoderarse del Gobierno de un pueblo, ¿deben todos los demás Gobiernos tolerar y dejar que destruya a su salvo, que asesine sin piedad y que traiga alborotadas diez años a todas las naciones vecinas?

Tenía que huir, ponerse en salvo inmediatamente. Los enemigos pensarían seguramente que estaba en Marchamalo, y al amanecer, los caballos de la guardia civil trotarían por la cuesta de la viña. Fue un momento de loca agitación que el pobre viejo creyó interminable. ¿Adónde ir?... Sus manos abrían los cajones de la cómoda, revolviendo las ropas. Buscaba sus ahorros. Toma, hijo mío: tómalo todo.

14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado; 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.