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Los más indulgentes le acreditaban sus tentativas de salvar a la asesino; pero los más severos, por el contrario, le acusaban aún de eso: al correr el riesgo de ser condenado con ella intentando salvarla,¿ no confirmaba él mismo, de la manera más evidente, que ambos eran pasibles de idéntica pena?

Pero ¿en qué mejor podía emplearse el caudal, la ganancia y el ahorro de toda una vida activa, el fruto del brío, del trabajo y del ingenio, que en salvar á un ser tan querido y que tan digno era de serlo?

Y corriendo de aquí para allí, subió escaleras, y tocó campanillas, y abrió puertas sin reposar un instante, hasta que hubo juntado siete ú ocho médicos, y les llevó á su casa. Era preciso salvar á Celinina.

»Con los brazos cargados de flores y el corazón rebosante de alegría salimos de casa del jardinero y emprendimos el camino hacia la quinta de Ville d'Avray. »Ya lo ve usted, Antoñita: el doctor Avrigny, que en cierta ocasión supo salvar a la hija de aquel hombre, no ha logrado salvar ahora a su propia hija.

El bien sumo a que ellos aspiraban era a salvar el alma; y de una manera secundaria, cuando surgía la oportunidad, cooperaban a que el prójimo se pusiese en vía de salvar la suya.

He dicho que para salvar la expresion de identidad empleábamos el nombre concreto en lugar del abstracto, envolviendo en aquel la idea del sujeto.

Y lo peor del caso estaba en que el primer abismo que se abría a sus pies y le era forzoso salvar, habíalo abierto él con sus propias manos la noche antes, por jugarlo todo impremeditadamente a una sola carta, olvidando que era su juego de cartas dobles y complicadas.

exclamó , lo que voy a intentar sería culpable en otra circunstancia de mi vida, pero no me es dado escoger, debo salvar a todo precio la vida de mi hija. Eran las once de la noche cuando el coche en que viajaba el intendente llegó a todo galope por el camino que conducía al castillo y se detuvo delante de la puerta.

Despues de eructar tres ó cuatro veces, porque el señor Juez tiene esta fea costumbre, dijo que la única persona que podía salvar á Basilio era el P. Camorra, en el caso de que lo quisiese y miraba con mucha intencion á la joven. El la aconsejaba tratase de hablar con el cura en persona.

Dos veces que Gallardo rodó en la arena, viéndose próximo a ser enganchado, el Nacional se arrojó sobre la bestia, olvidándose de los niños, de la mujer, de la tabernilla, de todo, queriendo morir para salvar al maestro. Su entrada en el comedor de Gallardo era acogida por las noches como si fuese la de un miembro de la familia.