United States or Pakistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Consintió, subí en el caballo y di dos vueltas calle arriba y calle abajo sin ver nada, y al dar la tercera asomóse doña Ana. Yo que la vi y no sabía las mañas del caballo ni era buen jinete, quise hacer galantería: dile dos varazos, tiréle de la rienda; empínase y, tirando dos coces, aprieta a correr y da conmigo por las orejas en un charco.

De sol a sol vivía entre oleadas de batista con espuma de encajes riquísimos, cortando y probando, puntada aquí, tijeretazo allá, gobernando su hato de cosedoras con tanta inteligencia como autoridad. Por las noches, cuando llegaba a su casa, rendida, su madre gustaba de que estuvieran presentes doña Lupe, Fortunata o las demás amigas, para dar rienda suelta a su vanidad.

Sudorosos, contentos ¡«gauchos» ya! regresaron a las casas, en las que entraron casi a media rienda, desoyendo las indicaciones de Melchor, pues querían mostrar a «todo el mundo» que eran capaces de jinetear como el mejor.

Hubo de entrar mi sobrino a la pieza inmediata, donde se debía buscar la repetición y contar el dinero; yo imaginé que aquél debía de ser lugar más a propósito todavía para aventuras que el mismo puerto Lápice; calé el sombrero hasta las cejas, levanté el embozo hasta los ojos, púseme a lo obscuro, donde podía escuchar sin ser notado, y di a mi observación libre rienda que caminase por do más le pluguiese.

¡Hola!, he ahí a Chimbe, donde nos calafatearon el almuerzo famoso de la venida; ahí está el árbol a cuyo pie, tendido, con la rienda de mi mula cansada en la mano, se me apareció la Providencia bajo la forma de un indio montado en un alazán, y allá en el fondo de su eterno embudo, Villeta, la dulce al dejarla. Hace rato que nos ha dejado Pombo; miramos el reloj.

Y como recobró Leiva su lanza, Habiendo á Tabobá muerto, con priesa Revuelve Abayubá sobre él, y lanza El mozo un bote tal que le atraviesa El ombligo, y el indio se abalanza Por la lanza adelante, y hace presa Con el diente en la rienda, de tal suerte, Que la corta, y fenece con la muerte.

Pálido, trémulo, aniquilado de emoción, se dejó arrastrar de nuevo por aquélla a la sala. ¿Qué pasó allí? Apenas es necesario manifestarlo. D.ª Carolina dio rienda suelta a su corazón magnánimo.

Allí se da rienda suelta á los caprichos de la moda, en los meses de baños, y se han anudado mas de cuatro intrigas de sumo interes para la política europea. Acaso Biarritz será con el tiempo un sitio de gran celebridad, cuando se recuerde que de allí nació el plan de reforma económica y financiera concebido por Napoleon III y comenzado á realizar en 1860.

Pero doña Anuncia no necesitó más para dar rienda suelta al basilisco que llevaba dentro de sus entrañas.

Notas largas, llenas, plañideras como las de una plegaria sin dejar de ser varoniles, se escapaban del viejo instrumento; el P. Florentino que era un acabado músico, improvisaba y como se encontraba solo, daba rienda suelta á las tristezas de su corazon. En efecto, el anciano estaba muy triste. Su buen amigo, don Tiburcio de Espadaña, acababa de dejarle huyendo de la persecucion de su mujer.