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Por armas le dió el Rey el tigre fiero Con Lambarè, la sierra que he contado, Y un h

No lo ; estoy rabiando por averiguarlo. Figúrese usted qué ocasión. Precisamente son los que ... Le diré á usted cómo he sabido que esos pájaros se reúnen algunas noches, no si todas las noches. Hace algunos días estaba Feliú en el cuarto del Rey. No había consejo; estaba el conde de T. contando chascarrillos. El Rey se reía mucho, y el ministro también para que no le acusaran de irreverente.

¿E perché no? repitió, en italiano, dirigiéndose a la mesa, un señor ricamente vestido, que llevaba en todos los dedos sortijas de diamantes. ¡El, ministro! Eso es justo, y, ¡es poco aún!... Con una voz semejante debería ser príncipe... ¡o rey! ¡Hay tantos que no lo merecen!

12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe. 13 Mejor es el niño pobre y sabio, que el rey viejo y loco que no puede ser avisado. 14 Porque de la cárcel salió para reinar; aunque en su reino nació pobre. 16 No tiene fin todo el pueblo que fue antes de ellos; tampoco los que vendrán después estarán con él contentos.

Al lado del rey Alfonso VI de Castilla combatieron como héroes mis antepasados, contra la bárbara invasión de los almoravides, en la sangrienta rota de Zalaca. Yo cuento en mi familia inspirados poetas y admirables filósofos y teólogos, gloria de la Sinagoga española y de todo el judaísmo. Entre ellos descuella Jehuda Leví, el Castellano, a quien Heine celebra con entusiasmo fervoroso.

¡Qué holgazana está usted, señora condesa! dijo doña Flora , y ¿cómo teniendo tan buena mano para la aguja no me ayuda a hilvanar estos uniformes para la <i>Cruzada del Obispado de Cádiz</i>, que va a ser el terror de la Francia y del Rey José?

Fray Juan Martínez, que era confesor del Rey y se hallaba en Zaragoza cuando el triste suceso, escribió largamente al doctor Andrés diciéndole que la enfermedad fue de viruelas . En cambio Matías de Novoa, en su Historia de Felipe IV, narra la muerte con extremada concisión.

2 al cual asimismo dio Abraham la décima parte de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz; 3 sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, se queda Sacerdote eternalmente.

Mientras que el Rey discurre así con García, Don Mendo, el caballero de la banda roja, traba conversación con Doña Blanca, demostrando en seguida que la belleza de la joven esposa de García le ha enamorado ciegamente, y que, en su opinión, no será difícil seducirla y deslumbrarla con su posición y con su amorosa experiencia.

Pavoroso era el cuadro que el marqués dibujaba... Aislado el pobre rey, miraba sin cesar hacia la frontera, esperando la contestación a su discurso del 3 de abril que aún no había obtenido respuesta el 21 de junio. Sucedíanse las crisis ministeriales, frecuentes, periódicas, como calenturas de terciana, hasta engendrar un ministerio llamado de Santa Rita, por ser esta Santa abogada de imposibles.