United States or Sint Maarten ? Vote for the TOP Country of the Week !


El alcaide le trató con respeto y amabilidad, sabiendo, como los guardias, que el detenido no era ningún criminal. Como estaba rendido de la noche precedente y de las emociones del día, se acostó vestido sobre el catre que le dieron, y durmió unas cuantas horas profundamente. Por la mañana muy temprano ya estaba allí su tío, que había salido de Riofrío antes del amanecer.

Después fué el castellano Fuentes á rendir el castillo y el municionero Joan Daza á ofrescer el dinero, que tenía á cargo, del Rey, pues no faltaba otra cosa, que la sangre y libertad nuestra ya la habían rendido.

-Ella tiene razón -dijo el hombre-, y yo me doy por rendido y sin fuerzas, y confieso que las mías no son bastantes para quitársela, y déjola. Entonces el gobernador dijo a la mujer: -Mostrad, honrada y valiente, esa bolsa.

Confuso, absorto, y rendido al peso de su sentimiento, se volvia medio muerto á su casa, y al ir á entrar, la encontró llena de alguaciles y escribanos que cargaban con los muebles á nombre de sus acreedores.

Allega á San Vicente, Cupido Desembraza cruel su flecha dira, Y hácele quedar preso y rendido Al rostro angelical de Doña Elvira. Quien indios y españoles ha vencido, Vencido y muerto queda, porque mira. ¡Y piensas , Cupido, no lo fueras, Mirando á Doña Elvira de Contreras!

Tan pronto le pintaba un amor platónico, espiritual, sin pizca alguna de sensualidad, como, abriendo la válvula a lo que, en realidad, dentro de pasaba, aparecía subyugado, rendido por sus ojos excitantes y su figura de estatua griega. Unas veces me inclinaba a la melancolía y hablaba de la muerte y casi se me saltaban las lágrimas.

En medio de la pelea, Donde el coraje campea, Se lanzaba con ardor; Y su estridente bufido Cual del clarin el sonido Daba al ginete valor. A mi lado ha envejecido, Y hoy está cual yo rendido Por la fatiga y la edad; Pero es mi sombra en verano, Y mi brújula en el llano, Mi amigo en la soledad.

Pero don Mariano temía concederle este permiso porque los cuartos de la torre eran fríos y la salud de la niña delicada. Al fin, rendido por sus ruegos y halagos, consintió en ello, después de haber tapizado las habitaciones esmeradamente y con la condición de que Genoveva durmiese cerca de ella. Fue una época feliz para María. Tenía entonces dieciséis años, y el pensamiento inquieto y atrevido.

Pero he aquí que cuando venía rendido y jadeante de una de estas revistas se le acerca en la Carrera de San Jerónimo un amigo y le dice al oído: García, te prevengo que la obra de tu amigo será estrepitosamente silbada. Yo de una casa de la calle de Toledo donde se han reunido esta tarde hasta veinticuatro reventadores y esa ha sido la consigna.

Llegó hasta ella rendido y sin aliento, que el bien, aunque sea fingido, cuesta caro, y parándose primero ante la puerta cerrada del templo, rodeó después el edificio a grandes pasos, buscando inútilmente entrada franca para la casa de Dios.