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Si los sevillanos eran en lo antiguo dados al baño, no lo eran menos al hielo, del cual se hacía un extraordinario consumo en la ciudad, que poseía en Constantina gran número de pozos de nieve, suficientes para atender al consumo público, y á más de esto no faltaban asentistas que por su cuenta traían el hielo de otros puntos y que realizaban, por lo general, un buen negocio, como se desprende de las noticias que he recogido respecto á un tal Esteban Monparler, una Teresa Vilches y un Francisco Candor, que surtieron á Sevilla por largos años del siglo XVII y XVIII de hielo en las estaciones veraniegas.

No conozco una muerte más bella en los anales de la historia humana, ni una tumba que merezca descubrirse ante ella con más profunda veneración. No cerraré estas líneas trenzadas a la ligera, sin hacer una confesión que no se refiere sólo a Nueva York, sino al mundo americano todo que he conocido: mi impresión ha quedado más abajo de la ilusión formada por el dato recogido.

Edificio de aspecto austero y recogido como propio del objeto a que se destinaba, como la bella fachada de la iglesia adjunta a uno de sus lados y en su trasera unos patios profundos y un jardín, cercados por negros y espesos muros cuya altura es infranqueable.

Si a usted le pesa o le parece mal que le haya recogido yo, con volver a tirarle en cuanto usted me lo ordene...

Luego dejó reposadamente que el ama la ayudara a desnudarse, lo cual fué obra de pocos minutos. Y quedó al fin en la cama, con el pelo no recogido en red ni en cofia, sino suelto en rica y adorada madeja. Dijo Inesita que no tenía ganas de dormir, y rogó al ama que la dejase luz para leer en un libro devoto durante media hora siquiera.

Carlos Raynal, huérfano desde la cuna, no recordaba más parientes que aquella tía Liette que le había recogido antes de que su boquita sonrosada hubiese balbucido el nombre de «mamá» cuya dulzura no debía jamás saborear.

Sacudía en torno de la frente el manojo de sierpes de su cabellera; dejaba flotante sobre su cuerpo el sutil kimono, que había llevado recogido hasta entonces, como si quisiera replegarse, disminuirse en su marcha silenciosa. ¡... ! dijo al entrar, con risa triunfante . ¡Aquí me tienes!

Lo había recogido en la pila de agua bendita junto a la puerta de la Alegría. Todos los años, el día del Corpus, encontraba igual ofrenda en el mismo sitio. Un desconocido dedicaba a la iglesia el primer trigo del año. Debe ser un loco decía el sacerdote . ¿A qué conduce esto? ¿Qué significa este haz? ¡Si al menos fuese una carretada de gavillas, como en los buenos tiempos del diezmo...!

Venía a entregar esta niña que he recogido en la calle... y al mismo tiempo a hablar con don Pedro o con usted cuatro palabras. Al proferir esta última, la voz del barón se alteró de un modo perceptible. ¿No me conoce usted? añadió, viendo que la dama le miraba fijamente sin contestar. En los pueblos casi todos se conocen, sobre todo las personas de viso, aunque no se traten.

Los alemanes lo habían recogido moribundo en uno de sus victoriosos avances al principio de la guerra. Estaba cubierto de heridas. Después de dos años de cautiverio lo habían canjeado como inútil, y vivía internado en Suiza, con un brazo menos. ¡Pobre hombre!... Me escribe todos los meses. Pesca en el lago de Ginebra, y piensa en más que nunca pensó.