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Sin embargo, se dice que tocaron al Emperador, por el quinto, desde el año en que se descubrieron las minas, hasta el año 1564, setenta y seis millones; y desde el año de 1564 hasta el de 1585, treinta y cinco millones. HERRERA, Decada 8, lib. 5, cap. 1, par. 2, fol. 96. De la fertilidad de la tierra de Guapás, y como volvimos á las náos.

La primera vez que fuí á aquellos parajes, encontré algunas tropas de estos indios, que aun habitan á las orillas de los rios Segundo y Tercero, y unos pocos á las del Cuarto y Quinto. Todo el país, entre el rio Segundo y el Tercero, tiene cerca de doce leguas de travesia, siendo lo mas selvático; pero acercándose al rio Tercero cesan los bosques.

En resolución, dijo que era la gente de más o de tanto provecho que había en su hermandad, y que de todo aquello que por su industria se hurtaba llevaban el quinto, como su Majestad de los tesoros; y que, con todo esto, eran hombres de mucha verdad, y muy honrados, y de buena vida y fama, temerosos de Dios y de sus conciencias, que cada día oían misa con extraña devoción....

Prosiguen las entrevistas entre la vieja y Galatea, la cual fluctúa entre su amor, la vergüenza y el miedo que tiene á sus padres. La alcahueta, sin embargo, disipa sus escrúpulos, y se da traza de llevarla disfrazada á su casa. Acto quinto. Este acto se supone pasar en la casa de la vieja, en donde está Galatea sin conocimiento de sus padres.

Ya en tiempo de Quintiliano y de Plinio el Joven, no encontraba el poeta trágico otro medio de proporcionarse auditores que alquilar un salón, y leer su tragedia al concurso invitado con este objeto . La Medea, que cita Tertuliano; el Querolus, imitación de la Aulularia de Plauto, del cuarto ó quinto siglo; la Clytemnestra griega del quinto ó sexto, y la tragedia titulada Chrisarguro , que escribió Timotheo de Gaza en alabanza del emperador Anastasio , son las últimas composiciones literarias de la musa dramática antigua, dudándose todavía si se representaron alguna vez en el teatro.

Su cerebro hervía; en su corazón se enrroscaban culebras mordedoras; su pensamiento era un volcán; deseaba la muerte; aborrecía la vida; hablaba sin cesar consigo mismo; miraba á la luna; se remontaba al quinto cielo, etc. ¡Cuántas veces le sorprendió la noche en melancólico éxtasis delante del cristal, olvidado de todo, hasta de su propio comercio y modo de vivir!

Mozo, no subo aun cuando estemos, le respondí en francés. En esto apareció un caballero ... digo mal, no apareció; nosotros llegamos á divisarlo por entre las barandas doradas del otro piso, es decir, del piso quinto. Aquel caballero, amo del hotel Español, tuvo la bondad de bajar adonde nosotros estábamos.

Endecha es ésta, y de endecha servirá. 1 Y aconteció en el año séptimo, en el [mes] quinto, a los diez del mes, [que] vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al SE

El señor Rosambeau, maestro de baile, que vivía en el quinto piso, ofreciose a dar algunas lecciones a la pequeña Judit, y pocos días después la señora Bonnivet participaba a todas las porteras de su conocimiento, que su sobrina acababa de ser admitida en los coros de la Opera; esta noticia difundiose rápidamente de puerta en puerta por toda la calle de Richelieu.

Tentó, por último, mejor fortuna en tercero, cuarto y quinto plato, pero siempre le aconteció lo propio; así tuvo con harta pena que resignarse a ayunar, y se salió despechada de la cocina.