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De donde es necesario que concluyan: Que prohibir la divina Escritura en lengua vulgar no se puede hacer sin singular injuria de Dios, e igual daño a la salud de los hombres, lo cual es pura obra de Satanás y de los que él tiene a su servicio. Miren lo segundo, que hacen gran vergüenza a la misma Palabra de Dios en decir que los misterios que contiene no se hayan de comunicar al vulgo.

Todos sentían como si entrasen en una casa donde hay un muerto. Un olor á incienso y á cera aumentaban esta ilusion. D. Custodio y el P. Salví se consultaron en voz baja sobre si sería ó no conveniente prohibir semejantes espectáculos. Ben Zayb, para animar á los impresionables y poner en aprieto á Mr.

Cada niña aristócrata no necesitaba más cuidado que prohibir a su novio formal el futuro esposo hacer el amor a la huérfana, a lo menos en presencia de su futura. Si Anita se descuidaba, pensaban las herederas, podía verse comprometida sin ninguna utilidad. Dentro de la nobleza no era probable que se casara.

El severo Inocencio III se vió obligado en el año 1210 á prohibir rigorosamente la representación de escenas dramáticas en las iglesias, y en especial por los clérigos ; y aunque igual prohibición fué confirmada después por los cánones de muchos concilios , no abolió por completo estos piadosos espectáculos, sirviendo tan solo para que variase el lugar en que se representaban.

Pero que espejos quiere usted, si Juanito nos dice que la cabeza está dentro de una caja que se coloca sobre una mesa... Yo veo en ello el espiritismo porque los espiritistas siempre se valen de mesas y creo que el P. Salví, como gobernador eclesiástico que es, debía prohibir el espectáculo. El P. Salví estaba silencioso; no decía ni ni no.

El era quien pagaba; por lo tanto, tenía derecho a prohibir la entrada en aquella casa a quien le pareciese. La disputa se fué agriando en términos que ambos levantaron bastante la voz, sobre todo Amparo, en quien a poco que la rascaran aparecía la criatura de plazuela. Cruzáronse frases de pésimo gusto, aunque pintorescas.

La niña no sabe lo que habla exclamó D. Paco, suscitando los murmullos de los circunstantes con lo destemplado de su voz . Ahora la señora doña María no podrá nombrar el alcalde de Peña-Horadada, ni cobrará tanto de fanega en el molino de Herrumblar, ni las doce gallinas de Baeza, ni podrá prohibir la pesca en el arroyo, ni los asnos de casa podrán meterse en las heredades del vecino a comerse lo que se les antoje.

En una ocasión llegó a decirle al Gobernador civil: Hombre, ¿no estaría en sus atribuciones de usted prohibir el paseo de la zapatilla? Aludía el Obispo al paseo de los artesanos en el Boulevard, entre luz y luz. Creía que de allí y de los bailes peseteros del teatro nacía la corrupción creciente de Vetusta.

Menester es confesar que hizo muy bien el señor obispo en prohibir la aparición de esta figura, dado que sea exacto lo que se cuenta y que no se exageren los melindres y chistes del fingido casto José. Comoquiera que ello sea, el punto se puede pasar por alto, porque no es de los esenciales en esta historia.

Quevedo lo dice, y hace su aserción verdadera el que la Inquisición revisó los libros de Quevedo, como los revisaba todos, y no se opuso á lo que decía respecto á los enamorados de las monjas, ni lo tachó ni lo encontró inmoral. Esto estaba en las costumbres de entonces; lo sabía todo el mundo, y no había por qué prohibir un libro que no decía más que lo que todo el mundo sabía.