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Los caractéres del arsénico se confunden á veces, en cuanto á la forma de las fiebres graves en los detalles de sus síntomas, con los del zumaque, y aun de la brionia y otros medicamentos. ¿No sucede lo mismo en el cuadro patológico de las fiebres tifoídeas? Con el auxilio de los síntomas que han precedido al estado sobreagudo grave, es siempre fácil el diferenciarles. Pongamos algunos ejemplos.

»Su solo pensamiento era el himeneo; la alegría su solo sentimiento, ¡que es lo que un dios consolador envía a los enamorados! Pero he aquí que un día, el padre de Paulino le dijo: «Hay que partir y dejar el amor de ClaraPresa de la mayor emoción se dirige hacia su futura y le dice: «Deplorable suerte la nuestra. Mi padre quiere que esta misma noche nos pongamos en camino.

Si yo me quiero matar ¿quién me lo puede impedir? Pero misma, sin auxilio de nadie, ¿no comprendes que a Dios no puede agradar que nos quitemos la vida?... ¡Pobre criatura abandonada a tus sentimientos naturales sin instrucción, ni religión, sin ninguna influencia afectuosa y desinteresada que te guíe!... ¿Qué ideas tienes de Dios, de la otra vida, del morir?... ¿De dónde has sacado que tu madre está allí?... ¿A unos cuantos huesos sin vida, llamas tu madre?... ¿Crees que ella sigue viviendo, pensando y amándote dentro de esa caverna? ¿Nadie te ha dicho que las almas una vez que sueltan su cuerpo jamás vuelven a él? ¿Ignoras que las sepulturas, de cualquier forma que sean, no encierran más que polvo, descomposición y miseria?... ¿Cómo te figuras a Dios? ¿Como un señor muy serio que está allá arriba con los brazos cruzados, dispuesto a tolerar que juguemos con nuestra vida y a que en lugar suyo pongamos espíritus, duendes y fantasmas que nosotros mismos hacemos?... Tu amo, que es tan discreto, ¿no te ha dicho jamás estas cosas?

Pero dejemos esto aparte por agora, que tiempo habrá donde lo ponderemos y pongamos en su punto, y dime, Sancho amigo: ¿qué es lo que dicen de por ese lugar? ¿En qué opinión me tiene el vulgo, en qué los hidalgos y en qué los caballeros? ¿Qué dicen de mi valentía, qué de mis hazañas y qué de mi cortesía? ¿Qué se platica del asumpto que he tomado de resucitar y volver al mundo la ya olvidada orden caballeresca?

Vaya, no sería para tanto... exageración. En estas cosas de santidad hay que llamar al tío Paco para que traiga la rebaja. Pero en fin, pongamos que sea así, ¿y qué? Ahora lo que falta saber es si con toda esa cristiandad nos querrá dar gato por liebre... ¡Lástima, arrepentimiento!... Dios mío, o dame una luz clara sobre esto, o quítame esta grillera de mi cabeza.

En fin, no es cosa de que nos pongamos a reñir por quién peca menos... ¿le parece a usted? dijo la fundadora, uniendo la cortesía a la modestia, y permitiéndose el característico guiñar de ojos, un tanto picaresco . Mi lema es este: «haga cada uno lo que pueda y lo que sepa, y Dios verá». Eso mismo pienso yo... Conque, usted me dispensará... tengo mucho que hacer. Hasta mañana; no faltar...

Menéndez, sino unas cuantas horas agradabilísimas leyéndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y en la justicia, y en el valer de España, y exclamemos para terminar: Causa jubet melior superos sperare secundos. M

Yo estoy decidido á protegerles y ayudarles para que mejoren de suerte.... llegaré hasta el sacrificio hasta quitarme el pan de la boca para que ustedes maten el hambre; pero... pero reparen que debo mirar también por mis intereses.... Pongamos el interés que quiera, D. Francisco dijo con énfasis el enfermo, que por lo visto, deseaba acabar pronto.

Pongamos que sea cierto. ¿No se acaba de decir ahora que se haga entusiasmo nuevo? ¿No se va a escribir a todos los señores gobernadores que fomenten el espíritu público y que hagan entusiasmo a toda prisa? ¿Y no lo harán por ventura? Y excelente y de la mejor calidad.

Pues todo lo que has oído es nada, comparado a lo que te pudiera contar. CIPIÓN. Y con esto pongamos fin a esta plática; que la luz que entra por estos resquicios muestra que es muy entrado el día, y esta noche que viene, si no nos ha dejado este grande beneficio de la habla, será la mía, para contarte mi vida. BERGANZA. Sea ansí, y mira que acudas a este mismo puesto.