United States or Heard Island and McDonald Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entre todos los indios de la provincia, los Moxos son en la actualidad, no solamente los católicos mas decididos, sino que llevan el fanatismo á tanto, que todos los años, en la semana santa, se les ve regar las plazas públicas con la sangre que se sacan á fuerza de azotes. Son igualmente supersticiosos en sumo grado.

Las salas de los tenientes de armas, y las palestrillas que en Tablada y en el Pópulo, fuera de muros, y dentro de ellos en las plazas y lugares más públicos se mantenían, eran frecuentemente visitadas por Cervantes y sus amigos, donde nuestro ingenio lucía su gran destreza, ya con espada prieta, ya con espada y daga; allí donde había mozas de empeño, gente alegre, decidora y maleante, música y alegre bullicio, era cosa fácil encontrar a nuestro Miguel, siempre dispuesto al lucimiento del ingenio, a las locuras de la mocedad y a los percances de la riña.

Traíase á ellas la caza y pescado en vez de llevarla á las plazas públicas vendiéndola á excesivos precios, con lo cual se perjudicaba á las gentes. En ellas dábase de comer y beber á hombres y á mujeres y también cama para dormir á los que las pedían, de todo lo cual seguíanse graves perjuicios.

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para talar los niños de las calles, los jóvenes de las plazas. 22 Habla: Así dijo el SE

Cuando la voz del tenor terminó la última romanza y sus lamentos se perdieron en las bóvedas apostrofando a la ciudad deicida, «Jerusalén, Jerusalén», la muchedumbre se esparció, deseando cuanto antes volver a las calles, que tenían aspecto de teatro con sus focos eléctricos, sus filas de sillas en las aceras y sus palcos en las plazas.

Juntos pelean ambos ejércitos; pero si en las acciones campales es necesaria esta alianza, porque carecemos de tropas regulares que oponer a las de Napoleón, en la defensa de plazas fuertes harto se ha probado que no necesitamos ayuda.

Conoce el Fiscal que las circunstancias actuales de la presente guerra con la nacion británica, lo exhausto del real erario, la necesidad de mantener reforzadas las plazas y presidios de este reino, y las inquietudes de él del Perú, de donde deben venir los correspondientes auxilios, pueden entorpecer la ejecucion de las expediciones proyectadas: pero si V.S. reflexiona, que aun despues de declarada la guerra se expidió el real órden, fecho en San Ildefonso, á 6 de Setiembre de 1779, que se halla á fojas 3 del expediente seguido por el capitan D. Manuel de Orejuela, sobre la asignacion y goce de su sueldo, en que se le mandó saliese inmediatamente de la corte, y se pusiese en marcha para esta ciudad á cumplir la comision conferida á esta Capitanía General, verá que la real voluntad es, que se verifiquen dichas expediciones, aun en estas propias circunstancias, aunque sin noticias de las citadas revoluciones del Perú, que han inferido tan crecidos gastos á la real hacienda.

Otras veces dirigíanse a la estación del Empalme, si se anunciaba algún encajonamiento de toros para las plazas que daban corridas extraordinarias a fines de invierno. Doña Sol examinaba curiosamente este lugar, el más importante centro de exportación de la industria taurina. Eran extensos corrales inmediatos a la vía férrea.

En Sevilla, por ejemplo, fueron en vano las amonestaciones de los Asistentes de la ciudad y las predicaciones de no pocos frailes, que tomando muy á pecho esto de que las damas no lucieran sus lindos rostros por calles y plazas, llamaron al manto arma de Satanás, cubierta del pecado, etc., amenazando con el enojo de la divinidad y hasta con las eternas penas de los profundos infiernos.

Sonaron dos estampidos; batió la bestia el aire con los brazos que aún no había tenido tiempo de bajar; abrió la boca descomunal, lanzando otro bramido más tremendo que el primero; dio un par de vueltas sobre las patas, como cuando bailan en las plazas los esclavos de su especie, y cayó redonda en mitad de la cueva con la cabeza hacia .