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Aun cuando sean desacertados, no se los cree tales; se considera que hay un plan secreto que no se concibe: «él sabe bien lo que hacedecian los soldados de Napoleon, y se arrojaban á la muerte.

En efecto, pocos cuadros de costumbres, como éste, se nos ofrecen en todas las literaturas, de tan admirable verdad, de plan tan acentuadamente cómico y que revele tan profundo conocimiento del corazón humano, y de una sátira tan bien dirigida.

¿Hay cosa más rara? ¡Un hombre que vive de lo que otros hablan! ¿Y dicen que los batuecos no son industriosos para vivir?.......... Va a edificarse un monumento que podrá dar gloria a las Batuecas; el plan es colosal, la idea magnífica, la ejecución asombrosa; pero hay un defecto, un defecto también colosal; me apresuro: yo lo haré conocer, yo lo haré desaparecer.

Creo que no; presiento que hemos cometido una falta de caridad, porque presiento que aquella mujer oculta un plan diabólico, debajo de aquel movimiento maquinal, casi idiota. Cerca del arco de la Estrella, hemos encontrado á una familia americana, que ha venido á Paris con el fin de llevarse á una niña, que tenia en un colegio de esta ciudad.

Así es que tuvo tentaciones de volver bridas hacia la casa. Godfrey estaría bastante bien dispuesto para aceptar la idea. Adoptaría ávidamente un plan que quizá le evitaría separarse de Relámpago. Pero cuando la reflexión de Dunstan llegó a este punto, el deseo de proseguir la marcha se fortificó y prevaleció.

Verdad es que el pardo tenía, según el, un ascendiente poderoso sobre el bello sexo. Los dos amantes, una vez de acuerdo en bailar esa noche en la Alegría sin que los patrones lo notaran, pusieron en juego su plan.

En Don Domingo de Don Blas se describe con mucha belleza la transformación repentina de un alma, sumida en el egoísmo, en noble y en magnánima. La Manganilla de Melilla ofrece cuadros y situaciones de mucho interés, propios sólo de poetas de imaginación muy creadora, aunque se echen de menos en el plan la razón y la sensatez, que tanto brillan en otras obras de este mismo poeta.

Repitió solemnemente y muy despacio: La matarán. No me mire usted así. No estoy loca, sólo estoy excitada. He determinado marcharme e irme a vivir con mi padre. Me parece que esto no es ningún pecado, ni tampoco el llevarme a la pequeña. ¡Y si peco, no me lo diga, Julianciño!... Es resolución irrevocable. Usted vendrá conmigo, porque sola no conseguiría realizar mi plan. ¿Me acompañará?

La Armelina es una comedia de magia y de espectáculo, y de un plan tan extravagante, que basta por solo para dar una idea desfavorable de la inventiva de su autor.

Entonces saltó de furor y gritó de desesperación... De este modo me apoderé de él. ¿Qué han resuelto ustedes? El plan más sencillo es siempre el mejor. Mañana le llevaré una blusa, un pantalón y una boina de marinero.