United States or Estonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Repentinamente, no qué impulso hizo fijar mi vista en una pequeña placa de metal sobre la puerta de una sucia habitación. Leí el letrero: "Dr. Idiáquez, homeópata", y casi sin pensar en lo que hacía, penetré en la casa y subí la destartalada escalera. El Dr. Idiáquez era un hombre vulgar y demacrado, y su consultorio una guardilla sucia y miserable.

LEONIE. Ahora hay algo menos que hacer, a causa de la marcha de los norteamericanos. Dentro de poco no nos quedará mas que la clientela ordinaria... CIRILO. ¡Ah...! ¿Se dedica usted a los negocios? LEONIE. ¿A qué negocios...? CIRILO. Yo creía... Acabo de ver en la puerta una placa comercial... LEONIE. Y como no me los pedías, yo no te los di.

El pobre viejo no alcanzaba por qué medio sería ello; pero con los ojos de la imaginación veía al chico ya vestida la toga de vuelillos blancos, con el birrete puesto, la placa en el pecho y sentado en un sillón de alto respaldo, escuchando informes de abogados que, al dirigirse a él, hablarían con profundísimo respeto... y, de repente, vinieron el descuento, las pérdidas, los atrasos, la jubilación, reduciéndose el futuro juez a empleadillo colocado por el favor de un amigo, y a merced de quien tuviese influjo para quitarle cualquier día la plaza en provecho de otro.

Las miradas de los asistentes se fijaban con pasmo en el pecho del cacique, donde aquel día brillaba por vez primera la placa de oro, diamantes y rubíes y lustrosa banda de una gran cruz que el Gobierno acababa de concederle en premio de sus eminentes servicios.

Abiertas éstas, se halló un riquísimo y completo aderezo de dama, de perlas preciosas, y multitud de alhajas de hombre; joyeles para el sombrero, herretes para la ropilla, sartas de perlas para las cuchilladas, rosetas para los talabartes, cadenas, sortijas, una placa de Santiago, una empuñadura de espada de corte, desarmada, y conteras para la misma; todo de oro y pedrería, y de pedrería de gran valor.

La señorita Jessy Loudon se ha metido en la avenida Frochot; busca un pabellón, que le ha indicado la portera; llega ante uno de hermoso aspecto cuya puerta de entrada adórnase con una placa de cobre que tiene estas palabras: ANTHIME TALMA, CURSO DE DICCIÓN. Llama; una criadita de repertorio abre la puerta e introduce a la visitante en un amplio estudio adornado con grabados antiguos.

Como parecía bastante tranquilo, al cabo de dos horas le quitaron la mordaza, máxime cuando que algunas lindas mujeres de la mejor sociedad de Cádiz, que se agrupaban alrededor del recinto, habían hecho muy justamente observar que sería imposible ver bien las facciones del gitano mientras aquella villana placa de cuero le cubriese la nariz y la boca.

Y se dirigió a Pacita, poniéndose al mismo tiempo levemente colorada. Clementina le dirigió una mirada penetrante que concluyó de ruborizarla. ¿De qué se habla? preguntó Cobo Ramírez acercándose al corro. Casi nunca se sentaba en las tertulias. Le placa andar de grupo en grupo, resollando como un buey, soltando alguna frase atrevida en cada uno.

Llega al número 206 de la calle de Richelieu: es una casa que parece habitada por comerciantes; pregunta al portero: «¿Hace el favor de decirme dónde vive la señora baronesa de BoelEl portero le mira de un modo extraño: «En el primero, pasado el entresuelo; hay una placaEn efecto; en el primero de la derecha, una puerta se adorna con una gran placa de cobre, cubierta en sus cuatro picos de arabescos multicolores; en el centro se lee esta sola palabra: Boel.

Y el duque sacó una cajita de terciopelo, la abrió, y dejó ver dentro una cruz de Santiago, esmaltada en una placa de oro. ¡Ah, señor! exclamó trémulo de alegría el cocinero ; ¿me da vuecencia el hábito de Santiago? ¿Y para qué le queréis vos? ¿para que no os atreváis á entrar en la cocina, por temor de que se os manche la cruz? Cayó dolorosamente despeñado de lo alto de su vanidad Montiño.