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Acompaña á su pretendida á todas partes, desempeña sus quehaceres, pila por ella el arroz, lampacea el suelo, limpia los carajais y los platos, ayuda al padre en las faenas de las sementeras, y todo por ella, por ella, á quien mira con una cómica gravedad. No hay nada más digno de notar, que la respetuosidad con que es tratada una india en situación de pretendida.

no entiendes nada de eso, hija mía. Celestina no dijo palabra, muy ofendida por la observación de la abuela. Vi, en efecto, por su mirada despreciativa y por su labio en forma de pila de agua bendita, que las personas que hablaban de matrimonio eran sospechosas para ella; tan sospechosas, que tomó el partido de volvernos la espalda sin más ceremonia.

Dícese que esta capilla quedó desierta por cierto acontecimiento que ocurrió en ella, si bien no nos refiere qué acontecimiento fué el autor de quien tomamos esta noticia; y en 1679 la pidió al cabildo para trasladar á ella la pila bautismal, D. Fr. Alonso de Salizanes. Entonces las memorias de la capilla de S. Matías fueron trasladadas por el cabildo á la del Punto. Capilla de Sta. Ana.

¡Oh! amigo mío, no es sólo eso lo que ; ¿y su quinta a orillas del Guadalquivir? ¿y aquel lindo tocador tapizado con esteras de Lima, con sus persianas verdes y su pila de mármol blanco? ¡Jesús! ¡cómo ese demonio puede saber!... Es allí donde, durante el ardiente calor del día, la señora Pérez va a buscar el silencio y el fresco. ¡Perro! no profanes un nombre respetable.

Ella designaba el nombre que había de recibir en la pila bautismal cada villalegrino que naciese; ella decretaba, después de estudiar aptitudes, capacidades y recursos, el oficio que cada cual había de aprender y ejercer, y ella escogía marido para cuantas niñas casaderas vivían en el pueblo y pertenecían a familias merecedoras por algún título de su atención y cuidado.

Antojósele en esto a uno de los arrieros que estaban en la venta ir a dar agua a su recua, y fue menester quitar las armas de don Quijote, que estaban sobre la pila; el cual, viéndole llegar, en voz alta le dijo: ¡Oh , quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del más valeroso andante que jamás se ciñó espada!, mira lo que haces y no las toques, si no quieres dejar la vida en pago de tu atrevimiento.

Al iniciarse su éxodo, el pueblo español estaba en el apogeo de su vigor. Siete siglos de pelea continua con el moro habían virilizado sus costumbres. Hombres de guerra jugaban a detener una muela de molino en plena rotación. Otro, con una cortesía de gigante, arrancaba en una iglesia la pila de agua bendita para que mojase con más comodidad sus dedos una dama de baja estatura.

De la calle Alta. Y tu padre, ¿cómo se llama? El tío Magano. Pero ¿cuál es tu nombre de pila? ¿De qué pila, usté? De la de bautismo, animal. Otra, ¿qué yo?... ¿Me da la punta! ¿Conque fumas, eh? ¡Ay, qué contra!...; ¿quiere ver como las tapo?

Su vida es tan escasa de interés como la de cualquier otro ser, hasta que sabe correr como una ardilla: entonces deja el materno hogar por el Muelle de las Naos, y el nombre de pila por el gráfico mote con que le confirman sus compañeros; mote que, fundado en algún hecho culminante de su vida, tiene que adoptar á puñetazos, si á lógicos argumentos se resisten.

El Cojuelo le dijo: Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás, en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la Corte sin él.