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Otros, como quien corta el arbol por el tronco, ó le arranca de raiz, niegan de todo punto la Religion Christiana, porque niegan la Fe á las santas Escrituras y á las tradiciones Apostólicas. Los Socinianos, Ateistas, Deistas, Materialistas, Naturalistas, y otros sectarios de esta naturaleza, que hoy cunden mucho, pertenecen á esta clase.

¿Ya? exclamó Cornelio ; pero ¿dónde está la costa de Australia? Veo allí, a nuestra izquierda, una especie de niebla dijo Van-Stael : debe de ser la tierra de Carpentaria. ¿Y esas montañas que tenemos ahí delante? Pertenecen a la Nueva Guinea. ¿Tiene montes altos esa gran isla? Altísimos, Cornelio, y cubiertos de nieve la mayor parte del año.

Al mismo orden de ideas populares pertenecen las leyendas de los guerreros ó profetas que, durante siglos enteros, esperan un día grande ocultos en alguna gruta profunda de la montaña. Tal es el mito de aquel emperador alemán que meditaba, apoyado en una mesa de piedra y cuya blanca barba, sin cesar de crecer, se había arraigado en la roca.

Las batallas y alborotos pertenecen á la epopeya, y sólo se han de contar en el teatro. »Admírase Fadrique del escaso número de espectadores, que hay, habiendo de representarse por primera vez una pieza, á lo cual contesta Alonso López, que cierto bailador de cuerda atrae á otra parte la gente.

¡Casi todos, querido doctor! Le citaría más de veinte sin salir de esta misma calle. Además, los Villanera pertenecen a la aristocracia más pura; no veo inconveniente en una alianza con esos señores. Con una condición, sin embargo: y es que el asunto se lleve en plena luz, sin hipocresía. Mi hija puede reconocer un hijo extraño en el interés de dos ilustres casas de España y de Francia.

Pinedo, y desalojados los mencionados establecimientos, podriamos y debiamos poblarnos hácia los mismos lugares que nos pertenecen por los tratados: cosa que no es tan dificil como cuando la intentó dicho Señor, respecto á que tenemos escala en dicha Concepcion, que se halla casi en la mitad de la distancia, y la provincia está mucho mas rica y poblada.

Pertenecen á la segunda clase, los críticos para quienes todo es malo, para quienes nadie sabe nada, para quienes nadie debe escribir; que vierten hiel sobre las primeras ilusiones de un alumno de las Musas, que mutilan sin piedad sus composiciones, ensañándose en ellas con tanta como alevosía, como cristiano contra moro.

Mario se sintió molestado por estas palabras y replicó con viveza: ¿Pero qué tiene que ver con esto el deber de conciencia de que usted hablaba? ¡Ahí verá usted! replicó el presbítero con la misma sonrisa de lástima. Y añadió después de una pausa que se prolongó hasta rayar en la insolencia: Los hombres a quienes la Providencia tiene reservados ciertos destinos, Sr. Costa, no se pertenecen.

Si los hombres guardasen debidamente esta regla, se evitarian innumerables errores y disputas, que se originan de su inobservancia. Para reducirla á la práctica con acierto, conviene advertir, que la extension de esta regla general se puede reducir á dos clases de lenguas: á la una pertenecen las lenguas particulares: á la otra el lenguage de los sabios en el estudio de las Artes y Ciencias.

Cuando en invierno es peligroso arriesgarse entre la nieve, cuentan unos con la hospitalidad de los otros. Todos son hermanos y pertenecen á la misma familia. Así es que cuando los atacan, resisten de común acuerdo, movidos, digámoslo así, por un solo pensamiento.