United States or Somalia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estos dos eran buenos peines; habían corrido mucho mundo, y estaban sin licencias, ladrando de hambre, echados de todas las iglesias y sin encontrar amparo en parte alguna. Tal situación les agriaba el carácter, haciéndoles parecer peores de lo que eran.

En Roma, los sin señor Son almas que van en pena: No se hace cosa buena Sin dineros y favor. Cuál vive muy á sabor, Cuál no tiene que comer; Unos con mucho dolor, Otros con mucho placer. Dos cosas no pueden ser De placeres y dolores Ni peores ni mejores; Que son Roma y la mujer

Salvatierra habló de ir a la gañanía, sin prestar atención a las protestas del aperador. ¿Pero, realmente, tenía empeño en dormir allí, un hombre de su mérito?... Ya sabes de dónde vengo, Rafael dijo el revolucionario. Llevo ocho años de dormir en peores sitios y entre gentes más infelices. El aperador hizo un gesto de resignación y llamó a Zarandilla, que estaba en la cuadra.

Ya hemos dicho, y aun nos quedan por decir, cosas peores de él; pero ninguna tan lastimosamente débil; ninguna que diera una prueba tan irrefragable de la sutil enfermedad que había, desde tiempo atrás, minado la verdadera base de su carácter.

Ahora ordenaba con voz imperiosa. Resultaban inútiles sus intentos de resistencia. El tío le insultaba con las peores palabras ó le inducía con promesas de seguridad. No supo ciertamente si fué él quien se arrojó al agua ó si le arrancaron de la barca los zarpazos del médico. Pasada la primera sorpresa, experimentó la impresión del que recuerda algo olvidado.

Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por le hacer mal y daño: si había piedras, por ellas, si lodo, por lo más alto; que aunque yo no iba por lo más enjuto, holgábame a de quebrar un ojo por quebrar dos al que ninguno tenía.

No me parecen mal esos versos, dijo Miguel de Cervantes; madrigal son, o más bien, madrigal doble; poeta era quien los compuso, y no de los peores, y por míos los tomara, antes con satisfacción que empacho de ellos; pero decidme, señora: ¿cómo es que vos habéis premiado esos versos guardándolos en vuestra memoria? ¿quién os los recitó, o quién os dio el papel en que estaban escritos?

En el año de 1704 salió en busca de los Puraxís que se habían retirado á una espesa selva para defenderse de los asaltos de algunos europeos que sin temor á las leyes, sobre el seguro de estar lejos de la vista de quien pudiese castigar sus excesos, se tomaban la licencia de hacer esclavos á los paisanos y venderlos á su gusto como tales; y llegando á donde uno de estos estaba alojado junto á aquellos pueblos, le recibió con mal semblante y peores palabras, diciendo al V. P. que aquel no era tiempo de hacer misiones, y así que se volviese y metiese en su Reducción, porque si no lo hacía por bien, le obligaría, mal de su grado, á que lo hiciese.

Desde luego; creer y negar que se cree, debe ser cuando menos fatigoso... ¡Y es... tan común! ¿Lo dices por ? ¡Hombre!... me has dicho recién cosas peores. Que has querido considerarlas así y tomar ahora una revancha sangrienta. ¡Sangrienta!... Pues es nada: me dices mentiroso, hipócrita... casi apóstata. ¡Apóstata!... ¡qué gracioso!

Stein lanzó un profundo suspiro, que parecía estarle ahogando, y pasó su pañuelo por su húmeda frente. «¡Oh! exclamó , ¡la sospecha, que crea la idea de la posibilidad del engaño que no existía en nuestra alma!, ¡oh!, la infame sospecha, hija de malos instintos o de peores insinuaciones, por un momento este monstruo ha envilecido mi alma y ya para siempre tendré que sonrojarme ante María