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La entrada no es por cierto la entrada del palacio del Elíseo y la escalera no es una maravilla de arquitectura.

Á los trescientos ó cuatrocientos pasos de la casa de la Ciudad, vi un edificio grande, muy grande, negruzco, pesado, macizo, como si estuviese apilado sobre sus cimientos: un palacio lóbrego, que parece más bien una fortaleza, ó una prision de Estado. Era el palacio de las Tullerías.

Un día, en el Palacio de Justicia, había podido convencerse de esta animosidad general, que empujaba á su defendida hacia los fusiles de la ejecución. La mujer encargada de guardar las togas, verbosa comadre familiarizada con el trato de los abogados ilustres, le había hecho conocer sus opiniones rudamente.

En clase de monumentos civiles Brusélas contiene algunos que no carecen de mérito, entre los cuales son notables: el Palacio de la nacion, donde se reune el Parlamento, agradable por su singular sencillez y excelente distribucion para su objeto; y el del Príncipe de Orange, donde tienen lugar las exhibiciones de pinturas y esculturas.

Encontrábase Roelas en Madrid en 1616, y allí no pudo conseguir como deseaba la plaza de pintor de cámara de Felipe III, que se dió á Bartolomé Gómez, pero ejecutó diversas obras para el palacio real, que ya no existen, pintando por aquellos años el cuadro de Moisés que hoy se ve en el Museo del Prado, los que estaban en la Merced Calzada y una Concepción que en 1800 existía en la Academia de San Fernando.

No tiene nada de eso, y todo eso se encuentra allí; si no se encuentra, se conjetura, se presiente, se distingue á lo léjos. Allí se ven mezclados y confundidos el Oriente, la Grecia y la Italia; el palacio, la mezquita y la iglesia.

Yo lo que digo lo pruebo replicó ; el Magistral es el azote de la provincia: tiene embobado al Obispo, metido en un puño al clero; se ha hecho millonario en cinco o seis años que lleva de Provisor; la curia de Palacio no es una curia eclesiástica sino una sucursal de los Montes de Toledo.

Indudablemente algún hombre dedicado á la ciencia había hecho en favor de los de su sexo un invento semejante al de aquella sabia mujer venerada en el templo de los rayos negros. Ahora las máquinas voladoras que iban llegando al palacio del gobierno procedían de los más diversos extremos de la República. En casi todas las provincias acababan de sublevarse los hombres.

El palacio está elegantemente vestido y decorado; el arte y el buen gusto le llenan . La universidad de Munich, á la cual asisten jóvenes de todas las naciones, suministra á la capital de Baviera una agradable novedad para el extranjero.

Su señoría sabe agregó el prestamista que el último día de cueste año deberá dejar el palacio. respondió Ramiro secamente, y cruzó los brazos en silencio como invitando a los genoveses a que se retirasen.