United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pues no se ha contentado con esto... Era necesario que me la pusiese delante de los ojos... Hace un rato pasó por aquí con ella en coche. Y para que yo no dudase que era él, el malvado, al cruzar por delante de la puerta, sacó la cabeza. ¿Pero iban solos? ¡No!

Es preciso prohibirle la entrada». Fortunata había vuelto a cerrar los ojos. El niño callaba y se oían sus lengüetazos.

Salí a su encuentro y las recibí sin disimular una pizca el alegrón que con su visita me daban. Los ojos y la nariz era lo único que se veía de sus personas: todo lo demás era un conglomerado de faldas, chaquetas, toquillas y mantones de lana espesa y dulce.

Al despertar, veía frente a el rostro pálido y dulce de su cuñada, con los ojos muy abiertos, mirando con fijeza al vacío. ¿En qué piensas, Huesitos? le preguntaba restregando los suyos. La joven salía de su éxtasis estremeciéndose, y sonreía bondadosamente. No lo yo misma... En nada. ¿No tienes algún quebradero de cabeza? le dijo una noche levantándose y cogiéndola afectuosamente la barba.

La danza añadió con sus movimientos, medidos y locuaces, nuevos estímulos á la ilusión y al gusto de los ojos.

Y hablando a gritos se había puesto de pie, agitando con fuerza sus puños, como si retorciese una palanca imaginaria. Ya no era el mismo ser tímido, panzudo y quejumbroso. En sus ojos brillaban pintas rojas como salpicaduras de sangre; el bigote se erizaba y su estatura parecía mayor, como si la bestia feroz que dormía dentro de él, al despertar, hubiese dado un formidable estirón a la envoltura.

Pasaban los mártires con el rostro contraído por un gesto de fiero dolor, los místicos con los brazos extendidos y los ojos velados por el éxtasis de la felicidad; y tan pronto aparecía un santo con dorada mitra o rizada sobrepelliz, como lucía otro sobre su cabeza el acerado casco de guerrero.

El grito de "Dios y Patria" ruje la hueste de Iberia, y al punto hacia el enemigo emprende veloz carrera estremeciéndose, altiva y feroz, con la soberbia de leones irritados que sacuden las melenas; los alaridos del indio turban la región serena del aire, y la muchedumbre de los contrarios, inquieta, en sinuosas oleadas agítase, a la manera con que a los ojos se ofrecen las ondas altas y lejas, o las mieses que combaten los vientos de la pradera.

7 Y protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo vieron. 8 Expía a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh SE

Esa persona no podía ser otra que el rey. Miróme fijamente el cocinero mayor, con la boca abierta y los ojos espantados. ¿No me comprometeréis me dijo , si os declaro la verdad? Os lo prometo. ¿Seréis prudente? . Pues bien, señora; la persona que os solicita, que está ciegamente enamorado de vos, es... ¡el rey! ¡El rey! dije sin poder contener mi asombro ; ¡su majestad enamorado de !