United States or French Southern Territories ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Qué hay, Piscis? preguntó Pablito al oir el silbido. ¿A que no sabes por dónde da las coces ahora el Romero? En efecto, las costureras levantaron la cabeza sorprendidas. Valentina le dijo a Teresa pugnando por no reir: Chica, ¿qué dice ése? ¿Que por dónde tira las coces un caballo? Será por el c... Aunque hablaba en voz baja, Piscis lo oyó perfectamente.

Estoy lejos de ella, muy lejos; hace mucho tiempo que no la veo, y necesito oir su nombre, ¡necesito que alguno sepa que la amo, que la adoro!...» Pero llegaba el momento deseado, y mis labios permanecían mudos, y el corazón quería salírseme del pecho.

Algunos oyentes, los más sombríos, sonreían con gesto compasivo oyendo sus maldiciones a la fuerza y sus himnos a la dulzura y al triunfo por la resistencia pasiva. Era un ideólogo, al que había que oír porque servía a «la causa». Ellos, que eran los hombres, los luchadores, sabrían en silencio aterrar a la sociedad maldita, ya que se mostraba sorda a la voz de la Verdad.

Empezó a oír en su interior, repetida como un estribillo, la dulce frase murmurada por Julio, pocos días antes, junto a la iglesia de Nueva Pompeya: "Si a usted la pierdo, viviré sin vivir". Pero esta frase no llegaba todavía a conmoverla.

Mirábale la joven con dulzura, entreabiertos los labios por una ligera sonrisa y á Roger le parecía oir ya la anhelada respuesta; pero en aquel momento resonó en el patio del castillo una voz potente, seguida de gran ruido de armas y pasos y el trote de los caballos. La columna se ponía en marcha. ¿Oís? exclamó la joven, erguida, brillante la mirada. Van á partir. Es la voz de mi padre.

Todos los empleados se encorvaban ante sus papeles, temblando al oír tras de los cortinajes aquella voz furiosa, que matizaba sus órdenes con interjecciones y juramentos verdaderamente extraños en tan grave personaje. En el escritorio se hizo el mismo silencio de las casas donde existe un enfermo.

Y con un paso sosegado y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza muy gentiles meneos, echando el cabo de la capa sobre el hombro y a veces so el brazo, y poniendo la mano derecha en el costado, salió por la puerta, diciendo: "Lázaro, mira por la casa en tanto que voy a oír misa, y haz la cama y ve por la vasija de agua al río, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave no nos hurten algo, y ponía aquí al quicio, porque si yo viniere en tanto pueda entrar."

Durante el verano, se dan conciertos en la Catedral, como en un teatro, con objeto de hacer oir á los extranjeros el celebrado órgano de dicha iglesia. La legislacion civil y criminal de cada canton es diferente; como lo son la lengua y la religion. Entre otras muchas sentencias que he tenido la curiosidad de leer, resalta la siguiente por su originalidad.

Entre los conductores, los aldeanos y los caballos, que relinchaban, se revolvían y echaban chispas por las cuatro patas, marchaba gravemente un gendarme a caballo, el señor Kels, el cual parecía no oír nada y decía de una manera grave: Valor, valor, amigos... Todavía tenemos que hacer hoy dos viajes... ¡Vosotros seréis beneméritos de la patria! Juan Claudio atravesó el puente.

¿Quién está ahí? gritó una voz, cuyo timbre grave y poderoso había creído oír a menudo, en mis desvelos como en mis sueños. Una sombra apareció en el umbral: era él. Nubes rojas flotaron delante de mis ojos. Me pareció que mis pies habían echado raíces en el suelo. Respiraba con dificultad y me apoyé en el pilar de la escalera.