United States or Wallis and Futuna ? Vote for the TOP Country of the Week !


Podria escribirse una obra de los talentos comparados, manifestando las profundas diferencias que median aun entre los mas extraordinarios. Pero la experiencia de cada dia nos manifesta esta verdad de una manera palpable. Hombres oimos que discurren y obran sobre una materia con acierto admirable; al paso que en otra se muestran muy vulgares, y hasta torpes y desatentados.

Habla, hija mía, es preciso saber la verdad dijo la de Leiva . Tal vez tu culpa no sea tan grande como parece. ¿Saliste de buen grado? La presencia de doña María se conocía por su respiración que era como un sordo mugido. Luego oímos distintamente estas palabras que parecían salir de la cavernosa garganta de una leona: ... de grado... de grado.

Fallos, juicios y opiniones oímos en el mundo que nos parecen atinados y justos, y los acogemos ligeramente, los repetimos, los hacemos nuestros, y suele suceder que más tarde caemos en la cuenta de que hemos repetido una tontería. Linilla así la llamé en lo de adelante no volvió a tocar el punto, y siempre se mostró conmigo afable y satisfecha.

Contemplamos como testigos la lucha secular entre la cruz y la media luna; oimos los gritos de guerra y el estrépito de las armas, y entre ellos, cantos llenos de melodías y quejas amorosas, hasta que, al fin, el sonido de la campana se sobrepone al fragor de las batallas, y el pueblo victorioso planta el símbolo de la fe en las mezquitas del Profeta, pero asimilándose todas las bellezas que encuentra entre los vencidos, y haciéndolas florecer luego con más pompa y con mayor brío.

Allí oímos el estrépito y los reniegos, y los tres, más o menos criminales, nos llenamos de consternación. ¡Cielos santos! exclamó doña Juana con voz ahogada: Huya usted, sálveme: mi marido llega. No había medio de salir de allí sin encontrarse con D. Gregorio, sin esconderse en la alcoba o sin refugiarse en el cuarto de Isabelita, que estaba contiguo.

De pronto, en la calma de la tarde, oímos voces. Eran Ryp y van Stein. ¿No se ve a nadie? preguntaba Ryp. A nadie. Habrán atravesado el río, quizá. Y, después de todo, ¿qué nos importa por ellos? dijo van Stein. ¡Qué nos importal replicó el otro . A no me chocaría nada que el moreno sepa dónde está el tesoro.

Este drama no pertenece a la escena, se encierra dentro del corazón; pero una lágrima, ya sea producida por la caída de un imperio o por el hundimiento de una cabaña, contiene siempre la misma cantidad de agua y de amargura... Cuando oímos hablar del alma de una persona, nos gusta conocer exteriormente la envoltura que la encierra.

Silva mandó a uno de los suyos a que viera si nuestra cámara estaba cerrada, y cuando el otro volvió diciendo que lo estaba, murmuró: Estos bárbaros son capaces de todo. Desde el ventanillo de la puerta oímos durante toda la noche los cantos de los marineros y la algarabía de los chinos. Nos sustituímos para hacer la guardia; aunque nadie pudo dormir, estuvimos tendidos, descansando.

»Hacía un cuarto de hora que estábamos así desesperados, abatidos, sin saber qué partido tomar, cuando oímos un rumor a nuestra espalda y volviendo la cabeza vimos a una pordiosera que venía hacia nosotros con un niño de la mano. »No pudimos contener un grito de alegría juzgándonos ya en salvo.

En medio de la extraña obscuridad oímos el distante rugido de lejanas aguas que caían estrepitosamente. Ese es el río subterráneo, el río que separa el secreto de todos los hombres, a excepción de usted dijo.