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Tomó posesion del obispado D. fray Alonso de Burgos, confesor de la reina católica D.ª Isabel, electo á 12 de noviembre de 76. Pasó todo el año 77 acompañando á la reina en Estremadura para reducir á su servicio las ciudades y villas declaradas á favor de D.ª Juana.

Era una idea inspirada por el cielo gris de noviembre, por el suelo fangoso, por el hambre que le atormentaba. Inmediatamente comenzó a ponerla en práctica. Con un movimiento nada seductor bajó la cabeza, dio a su rostro una expresión desagradable y maliciosa, propia, a su juicio, de un espía, y lanzó una mirada severa y escrutadora a la muchacha.

Al día siguiente del lastimoso lance ocurrido cerca de Cuatro Caminos, no estaba Maxi más excitado y rencoroso que aquella noche lo estuvo. En el tiempo transcurrido desde la noche aciaga de Noviembre, no había visto a su ofensor sino muy contadas veces, y siempre de lejos; nunca le había tenido así, tan a tiro... «¡Ay!, ¿por qué no traigo un revólver?... Ahora mismo le dejaba seco.

Martí, por Federico Uhrbach El Fígaro, noviembre 30 de 1910 Martí Ante su mármol Para Manuel Sanguily, grande de corazón y pensamiento.

Los gastos que uno tiene son cada vez mayores. ¿A que no sabes lo que llevo gastado este año, vamos a ver? Poca cosa respondió el duque con sonrisa despreciativa. ¿Poca cosa? Pues pasa de setenta y cinco mil duros, y aún estamos en Noviembre. ¿Qué dices? manifestó el duque con viva sorpresa . No puede ser. Lo que oyes.

Alcanzó, sin duda, hasta el siglo XVII, pues la dedicatoria de su Ejemplar poético al duque de Alcalá lleva la fecha de 30 de noviembre de 1606. Tales son los únicos datos biográficos, que de él se conservan.

Al Gobernador, sobre el retiro del carpintero. Exmo. Señor: 13 de Noviembre de 1788.

Esta vez dijo, ya no viajará usted solo por ella. ¿Y seré más feliz? le repliqué. ¿Estaré más seguro de no añorar nada? ¿En dónde volveré a encontrar lo que aquí deje? Entonces Magdalena se apoyó en mi brazo en actitud de completo abandono y me dijo esta sola frase: ¡Amigo mío, es usted un ingrato! A mediados de noviembre, en una fría mañana de blanca helada, abandonamos mi casa de Trembles.

9 de noviembre de 1801. Las ocupaciones no me han permitido continuar este diario hasta hoy. En este momento llego de Lyón; he ido a acompañar a mi hijo al colegio. Esta nueva separación de mi Alfonso me ha causado hondo pesar.

Y allá, en lo alto del firmamento, iguales corros de nubes pardas y tristes amontonándose en silencio sobre la vetusta catedral, para escuchar en las noches melancólicas de otoño los lamentos del viento al cruzar la alta flecha calada de la torre. Estamos en Noviembre. El conde de Onís acostumbra a pasear a caballo lo mismo en los días claros que en los oscuros.