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Le hizo contar Elena cómo era su vida en el desierto patagónico, inmensa llanura barrida en invierno por huracanes fríos que levantan columnas de polvo, y sin más habitantes naturales que las bandas de avestruces y el puma vagabundo, que, cuando siente hambre, osa atacar al hombre solitario.

Eso podría parecer singular, en efecto, si no supiéramos que las creencias humanas, lo mismo que todos los desarrollos naturales, escapan a los límites de los sistemas. Godfrey había designado primero a Eppie, que entonces tenía unos doce años, como una criatura que les convendría adoptar. No se le había ocurrido nunca que Silas preferiría perder la vida a separarse de su hija.

Historia del Descubrimiento, y Conquista de la Provincia del Perù, y de los sucessos de ella, y de las cosas naturales, que en la dicha Provincia se hallan, por Agustin de Zarate. Verdadera Relacion de la Conquista, del Perù, y Provincia del Cuzco, embiada al Emperador Carlos V. por Francisco de Xerèz.

Sus naturales se llaman Blacos, gente belicosa, y que tuvo muchos años oprimidos á los Emperadores Orientales, y aun hoy entre los Turcos conservan su nombre y valor, puesto que sujetó á tan bárbara y poderosa gente.

Cicero Quaest. Todo esto es menester que adviertan los que hacen experimentos, y profesan las ciencias naturales, si no quieren ser engañados en aquello mismo que observan.

Hay algunos, sin embargo, que prefieren ir á esplorar las selvas para recoger las producciones naturales, como la cascarilla, la copaiba, el estoraque, el incienso y el copal.

Gobernar es estudiar las necesidades é interpretar los deseos del pueblo, para remediar aquellas y satisfacer estas. Si los naturales que conocen las necesidades, costumbres y aspiraciones del pueblo son incapaces para gobernar, ¿los americanos, que han tenido muy poco contacto con los filipinos, ser

En dicho navío, y como presidente de una misión de Jesuítas, venía el devoto Padre Diego Luís de San Vítores, el cual, viendo el estado de los naturales, resolvió trabajar para establecer una misión en aquellas apartadas regiones.

Ya hemos dicho que donde hoy se levanta aquel, existió la antigua cabecera de Albay, y que aún le llaman algunos naturales Albay viejo.

Tampoco me detendré en patentizar lo justo y necesario que es el comercio privativo en estos pueblos; pues, además de ser una cosa forzosa para impedir los perjuicios de estos naturales, se halla autorizado con el ejemplo de muchas compañías establecidas en diferentes partes para precaver los perjuicios que pudiera originarse de un comercio libre, siendo así que aquellos perjuicios los sufrirían algunos particulares comerciantes, y en nuestro caso los sufriría toda la provincia, fuera de que esta exclusión podía durar el tiempo que fuese preciso, o el de la voluntad del Soberano.