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Los hombres no se casan por el prestigio, sino por el dinero. No se le ocurrió, pues, sentir remordimientos por lo pasado. Vivió triste y resignada dos años más, mostrándose indiferente a los placeres propios de su edad, sin hacer nada para granjearse la voluntad de los jóvenes y ganar un marido.

Una vez cerca de él, no se le ocurrió nada más gracioso que agarrar por detrás al infeliz preceptor, levantarle en alto y apretarle con todas sus fuerzas: «¡Suélteme, D. Juan, que me hace dañogritó el tiple de San Isidro medio asfixiado y pataleando. D. Juan se reía sin soltar.

Aun a mediodía se ve poco en lo interior de esas selvas; de noche, absolutamente nada, haciéndose imposible dar un paso por ellas, a pesar de faltar por completo la vegetación herbácea por falta de luz y de aire. Van-Horn y Cornelio caminaban, pues, casi a la ventura. De vez en cuando disparaban tiros y se detenían a esperar la respuesta, pero en vano.

Se narró en medio de algazara la terrible aventura de Elena y el valor desplegado por Clara en aquellas críticas circunstancias. Tristán, cuyo corazón estaba henchido de amargura, tomó la palabra para dejar caer una gota de hiel. Nada tiene de extraño el susto de Elena.

No podrá hacer nada respondió el anciano con sencillez . Los alemanes saben que nuestras municiones están en el Falkenstein; temen un levantamiento general cuando hayan invadido la Lorena y quieren asegurar su retaguardia. El general enemigo se ha dado cuenta de que no nos puede vencer a viva fuerza y trata de rendirnos por hambre.

¿Cómo? ¿De veras? preguntó éste con alegría. ¡Oh, buen trabajo me ha costado! Estaba furiosa. ¿Y tu papá? Papá aún no sabe nada; pero cederá también... ¡Vaya si cederá!... La receta no puede ser más eficaz. ¿Qué receta? La que he empleado... La cosa se había puesto tan fea, que ya estaba resuelto que no volvieras más a casa. A me mandaba a Tejada en castigo.

Nada más que una confusa memoria queda hoy de aquel bienhechor de los niños desvalidos, de aquel pobre Toribio de Velasco, que con alma cándida y buena, llevó á cabo en nuestra ciudad una de las obras más meritorias que pueden darse.... Sevilla no ha dedicado hasta ahora un solo recuerdo al que hizo bien desinteresadamente; y en la población donde tantos nombres que nada dicen se ostentan en las vías públicas, aún no se ha ocurrido á nadie siquiera el poner á una calle el nombre de Toribio de Velasco.

Bien, serás lo que quieras; hijo, amante, lo que se te antoje; pero júrame que es puro tu amor, que no hay nada de vergonzoso en esa pasión, que no intentarás nada para profanar este lazo que ha de unir nuestras dos almas para siempre. El hijo del brigadier juró. Su amor era ideal; una ardiente adoración.

No tiene nada de particular su edificación, pues la mayor parte, casi la totalidad de sus casas, tienen techo de paja y ofrecen la forma de lo que en nuestra tierra llamamos ranchos. Pero indudablemente ese pequeño centro progresa a la par de Colombia entera.

Yo he tenido ciento veinte mil, señor, sin haber hecho nunca nada, ni bueno ni malo. ¡Y no me apartaré de las tradiciones de mis antepasados para obtener menos de la mitad! Me permito llamarle la atención, señor duque, sobre el hecho de que la familia Villanera es digna de tal alianza. El mundo no encontraría nada que decir. ¡No faltaría más sino que se me ofreciese un yerno plebeyo!