United States or Iraq ? Vote for the TOP Country of the Week !


No los miró, pero la mirada de Maud fue a ella: una mirada agresiva, de cólera mortal, que pareció clavarse en su espalda. Fernando recordó que así miraba la otra; así eran los ojos de Teri cuando en sus viajes le inspiraba celos una compañera de hotel. Los ojos de Mrs. Power, cuando dejaron de ver a Mina, volviéronse hacia Fernando con una avidez de posesión.

Una sonrisa de tristeza mortal contrajo sus labios al contemplar aquella sangre.

Más bien, dada la circunstancia extraña de que el ladrón no había dejado rastro y había sabido el momento oportuno en que Silas había salido sin cerrar la puerta, momentos que un oyente mortal no hubiera podido calcular de ningún modo, la conclusión más natural que podía sacar parecía ser que la intimidad poco honorable del tejedor con el diablo, si es que había existido nunca, debía estar destruida.

Al leer lo de «hermano mayor querido», le daba el corazón unos brincos que causaban delicia mortal, un placer doloroso que era la emoción más fuerte de su vida; pues bueno, esto bastaba, esto era el hecho, la realidad; ¿qué falta hacía darle un nombre? Lo que importaba era la cosa, no el nombre.

Poco después, los editores del Diario de los literatos de España se trazaron el plan de inculcar entre sus compatricios la crítica árida, y mortal para el ingenio, de Boileau.

Otro peligro tiene esa pesca, y es que en vez de la ballena, puede encontrarse uno con su mortal enemigo, el terror de los mares, el cachalote. No es enorme éste, pues sólo mide de sesenta á ochenta pies; su cabeza tiene de veinte á veinticinco, una tercera parte de la dimensión total. En tal caso, ¡ay del pescador! El es el que á su vez se convierte en pescado, siendo presa del monstruo.

Es la ansiedad mortal, la duda inexorable, es la inconsolable desesperación de una agonía sin porvenir, es el grito espantoso de la creación social en el momento de disolverse. En Werther hay la emoción profunda de algunas generaciones dolientes; en René la última convulsión de un mundo que muere.

Pero cuenta que el uno es Cástor, y el otro Pólux, es decir, que el uno es mortal y el otro no.

Y esta vuestra mortal, triste caída entre el muro y el hierro, os va adquiriendo fama que el mundo os da, y el cielo gloria. -Desa mesma manera le yo -dijo el cautivo. -Pues el del fuerte, si mal no me acuerdo -dijo el caballero-, dice así: Soneto

Lo que fui y lo que soy no lo conocen sino el cielo y yo. No escogere un mortal por mediador ?he quebrantado algunas leyes? que se pruebe y se me castigue.