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En Francfort viven el intolerante papista, el rígido calvinista y el severo luterano, representantes de las horribles luchas religiosas que han desolado al mundo; pero viven tambien millares de judíos, y reina el israelita opulento, á quien el espíritu moderno ha permitido emanciparse por medio del dinero, lo que no deja de ser un sarcasmo para la civilizacion contemporánea.

Hoy es esta culta y bonita población una digna sucursal de Santander. Por regla general, y para no molestar al lector, conste que allí donde el camino de hierro, ó las industrias minera y fabril han penetrado; las costumbres clásicas montañesas no existen ya, ó existen muy ajustadas al espíritu moderno. Y con esto hemos llegado al verdadero asunto de estas últimas páginas.

Abajo extendíase el rojo caserío moderno del Terreno, y más allá, al extremo del cabo, el antiguo Puerto Pi, con su torre de señales y las baterías de San Carlos. Al otro lado de la bahía perdíase mar adentro, en las brumas flotantes del horizonte, un cabo de obscuro verde y peñas rojizas, sombrío y deshabitado.

Jaime sentía vivir en su interior al grave abuelo don Horacio, y con él los escrúpulos del Inquisidor Decano, el de la tarjeta horripilante, y las almas del famoso comendador y otros ascendientes. Su mentalidad de hombre moderno guardaba algo de la de aquel regidor perpetuo que consideraba como una raza aparte y envilecida a los judíos conversos de la isla. Los muertos mandan.

Si la literatura fuese un reflejo de nuestra existencia y no un entretenimiento halagador para los ociosos, hace años que figuraría en ella como elemento principal el dinero moderno, que ha creado una aristocracia de la voluntad, unos héroes más nobles e interesantes que esos galanes pobres que lloriquean de amor, dicen palabras bonitas y son incapaces de ganar un poco de plata para que la señora de sus pensamientos viva con mayores comodidades.

Esto es lo que dicta la buena Lógica; pero hoy los literatos inclinan á lo moderno con conocida preocupacion, la qual hace que se hable de los antiguos con desprecio, sin haberlos leido.

El aspecto general de Turin, es el de un pueblo que cuenta cuatro dias de existencia; todo es nuevo, todo es reciente, todo moderno. En vano se pregunta el viajero donde están los edificios que en todas partes existen de las generaciones que fueron; inútil es querer buscar el Turin del dia anterior; no se le encuentra, porque no existe.

Y ya que nos acercamos al período más moderno é importante del drama español, creemos conveniente echar una ojeada retrospectiva al terreno andado, y delinear sucinta y gráficamente la época dramática que abandonamos. Ya se siente la necesidad y se muestra la fuerza creadora, que ha de dar vida al teatro nacional, pero faltan medios adecuados á lograrlo.

Inmediato a la cocina está el comedor, en el que sólo hay una mesa de abeto, algunas sillas, alacenas y cajones; muebles, en fin, propios de las antiguas viviendas solariegas que el arte busca sin cesar, para construir bajo sus modelos el mobiliario moderno. Al lado del comedor hay un salón con dos ventanas que la una da al patio y la otra al jardín.

Yo he conocido algunos que no podían pasar sin su misa y eran unos santos varones que odiaban a los reyes, pero respetaban a los sacerdotes de Dios. ¿ crees, Fermín, que a me asusta la República? Yo soy más republicano que ; yo soy un hombre moderno.