United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


8 Y se engrandeció en gran manera el macho cabrío; y estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar subieron otros cuatro maravillosos hacia los cuatro vientos del cielo. 15 Y acaeció que estando yo Daniel considerando la visión, y buscando su entendimiento, he aquí, como una semejanza de hombre se puso delante de .

Las muchachas, habituadas a la miseria de las gañanías, abrían los ojos con asombro, como si viesen realizada la abundancia de los cuentos maravillosos oídos en las veladas. La cena era digna de señores. Don Luis pagaba espléndidamente. A ver, señor Fermín: que traigan carne de Jerez; que coman todas esas muchachas hasta que revienten; que beban, que se emborrachen: yo corro con el gasto.

La navegación por el Nilo hasta Phile le impresionó más que antes, porque el gran egiptólogo Brugchs Pachá, que habitaba con él en el mismo camarote del vapor, le inició en los nuevos y maravillosos descubrimientos sobre la prodigiosa antigüedad de la civilización de Egipto.

Los increíbles y maravillosos esfuerzos de aquellas almas heroicas que, por el amor y la caridad, lograron elevarse al cielo y gozar por anticipado en la tierra de las gracias reservadas a los bienaventurados la llenaban de íntima y fervorosa admiración.

Al volver a su alojamiento veía el oro del Gran Kan, las flotas de Salomón, las riquezas de Marco Polo, tesoros maravillosos en los que algún día hincaría el diente, y esto bastaba para que su ánimo se reconfortase, insistiendo en la demanda... Créame, Ojeda: el dinero es el móvil de las grandes acciones, el compañero de los ensueños sublimes, la última finalidad de los mayores idealismos.

Cuando suena la tempestad en el bosque, cuando arranca y derriba los pinos gigantescos, cuya caida hace resonar la montana, tu me guias a un asilo seguro y me revelas los secretos maravillosos de mi propio corazon; cuando la luna tranquila sube lentamente a los cielos, las sombras plateadas de los tiempos antiguos se presentan a mis ojos, sobre las rocas y en las arboledas, y parece que me suavizan el severo placer de la meditacion.

Es la primera vez que lo veo llorar. lo has hecho llorar con tu cuento del matrimonio. Adormecida por aquella mansa charla, Adriana se puso a pensar que junto a ella, anegado en la misma pena, estaba el hombre elegido por su corazón. Brillaron en su espíritu los maravillosos recuerdos.

Pero aguardaos un poco y oídme la última palabra, como ahora se dice: recorriendo con la vista la inconmensurable extensión de estos horizontes, y respirando el ambiente, medio terral, medio salino, que llena todo el panorama, y anima y engrandece el espectáculo de sus términos y detalles maravillosos, ¿no es verdad que se siente uno como más fuerte y más satisfecho? ¿que si se tienen penas se olvidan? ¿que si le dominan a uno rencores los acalla? ¿que si vacila entre lo cierto y lo falso, entre lo útil y lo pernicioso, entre lo nimio y lo grande, se le revela de pronto, y como por milagro, la verdad desnuda y clara? ¿que no nos asalta, en fin, una idea que huela a innoble, ni un deseo que no sea honrado?

Bien hubiera querido el Kan que este encanto fuera indestructible y eterno, mas no pudo lograrlo a pesar de sus maravillosos conocimientos en la magia. El rey de los genios se opuso a su mal deseo, y si bien no pudo hacer completamente ineficaces sus encantamentos y conjuros, supo despojarlos de gran parte de su malicia.

La influencia de aquel hombre sobre mis ideas juveniles, la transformación completa operada en mi ideal de arte literario por sus libros maravillosos, la música inefable de su prosa serena y radiante, aquella Vida de Jesús, libro demoledor que envuelve más poesía cristiana que los Mártires, de Chateaubriand, libro de panegírico; sus narraciones de historia, sus fantasías, sus discursos filosóficos, toda su labor gigante, había forjado en mi imaginación un tipo físico característico.