United States or Romania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Séalo o no, siempre será para muy de lamentar que no le tocara a la madre tan buen consejero como el que le ha caído en suerte a la hija. Pues mira, y a propósito de buenos consejos: no dejes de sacarla de aquí en cuanto tenga edad para ello. Tienes la casa demasiado llena de lobos..., empezando por ti, para que pueda vivir en ella sin dar con alguno esa inocente corderilla.

Pero el militar hizo un gesto de indiferencia, como si le ofreciese un juguete. Nunca había sido tan rico como en el momento presente. Tenía mucho dinero en París y no sabía qué hacer de él: de nada le servía. Envíeme cigarros... Son para y para los camaradas. Recibía grandes paquetes de su madre llenos de víveres escogidos, de tabaco, de ropas.

Algunos instantes después, como si se hubiera acordado de algo, se animó, y con los ojos brillantes se asomó a la ventana: acechaba a su madre. Permaneció asomado a la ventana una hora entera. Muchas veces creyó divisar detrás de la esquina la gorra de piel, los ojos terribles y el pálido rostro maternos. Se disponía ya a lanzar un grito de horror, cuando la visión desapareció.

El P. Herrera murió a fines del 78 en su curato de San Sebastián. Poco antes fué llamado al coro de la Catedral de Jalapa, pero el humilde anciano renunció la prebenda. ¡No! ¡No! contestó. No quiero canongías.... De aquí... ¡al cielo, si Dios Nuestro Señor tiene piedad de este pobre pecador! Gabriela casó con Ernesto, y es madre de dos niños tan hermosos como ella. ¿Es feliz? Creo que .

Toda mi vida tendré presente aquel horrorosa dia que vi dar muerte á mi padre y á mi madre, y violar á mi hermana. Quando se retiráron los Bulgaros, nadie pudo dar lengua de esta adorable hermana, y echáron en una carreta á mi madre, á mi padre, y á , á dos criadas, y tres muchachos degollados, para enterrarnos en una iglesia de jesuitas, que dista dos leguas de la quinta de mi padre.

En el espíritu de don Paco pudo, sin embargo, más que el deleite de ver a Juanita en la fuente o volviendo del albercón, la idea de que, estando ya muy remotos los siglos de oro, no era posible imitar a la princesa Nausicaa, sin rebajarse o avillanarse demasiado; y así, aconsejó y amonestó tantas veces y con tan discretas razones a Juanita para que no fuese a la fuente, apoyándole siempre la madre de ella, que Juanita cedió, al cabo, y dejó de ir a la fuente y al albercón, retrayéndose, además, de otros varios ejercicios y faenas que no son propios de una señorita.

El Chiquito cobraba nuevas fuerzas al ver junto á él á sus protectores, y partía en una carrera loca de furiosos golpes, espoleado por nerviosa energía: pero el cansancio de los músculos tornaba á imponerse, y el acero sonaba quejumbroso en la piedra, sin avanzar gran cosa. ¡Arrea, ladrón! mugían sus ricos padrinos ¡Fuerza... porrones! ¡Me caso con tu madre!...

Se echó a llorar. ¡Un crimen! ¿es verdaderamente crimen? ¡Oh madre mía! si no hubieses muerto, estarías conmigo; yo tendría mi cabeza sobre tus rodillas y ... acariciarías con tus manos mis cabellos largos y rizados; y me dirías si es un crimen, porque yo te lo confesaría todo.

Ya no pienso en casarme. Estoy dispuesto a ganar un jornal, a arrancar piedras con los dientes, a todo, menos a separarme de ella. Tienes razón. Igual pienso yo. Aquí a su lado soportaré escasez, pobreza, lo que venga: yo también renuncio a la mujer que amo; pero ¿irme lejos, exponerme a que mi madre se muera sin verla? ¡Eso no! Aunque lo mande. Si quieres, márchate .

Mi madre está en la villa ascar manteca, pan de álaga y azúcara..., y mi padre trijo esta meodía dos jarraos de vino blanco, ¡más güeno! Y toos los güevos de la semana están guardaos pa hoy..., e quince, así de gordos.... Ello, vamos á gastar en esta noche-güena veintisiete rialis que están agorraos. ¡Miá qué cencia!