United States or Denmark ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mauricia le echó los brazos a su hija y le dio muchos besos.

En este dia 14 de marzo se començaron a firmár las escrituras en lugar del syno por declaracion de los señores del consejo real de sus magestades.

Amén de una inteligencia siempre despierta y de una voluntad que jamás conoció los desmayos y cobardías de la fatiga, la Montansier poseía el don de la oportunidad; esa rara virtud, casi omnipotente, que guarda el hito de todas las victorias.

Con el mando, poder, y con la vara, El Cáceres echaba contrapaso, Al santo del Obispo: mas tenia Un provisor que mal los recibia. Aunque el Obispo era mal sufrido, No era codicioso de venganza. Segovia, el provisor, no ha consentido A Cáceres crecer en su pujanza; Mas antes con un odio encrudecido Le mete, como dicen, bien la lanza, Tomando informaciones y testigos: A Cáceres lo dicen sus amigos.

Los distritos de Cottabato, Zamboanga y Davao, aunque poblados por la raza fanática é indolente de los malayos mahometanos, producen abundancia grande de arroz y café, ambos productos de tan excelente calidad que pueden competir con los más acreditados del mundo, dando origen á un comercio reproductivo, suficiente á subvenir á las necesidades de aquel pueblo, cuya preferente ocupación es la guerra.

Por fin la puerta se abre y es entonces una de hombreo y codo para ganar los buenos sitios, que permite a los más robustos ponerse al alcance de la voz del predicador.

De los once puentes de Lóndres cuatro me llamaron principalmente la atencion por su novedad: el London bridge, que liga la City con el inmenso barrio de Barmondsey, del sur; el de Southwark, situado un poco mas arriba; el de Waterloo, que da sobre el Strand; y el de Hungerford, inmediatamente superior.

Con disculpas bien buscadas, fue disolviendo sus tés íntimos y sus tertulias verdes, y escatimando su asistencia a las de sus amigas. No por ello se hizo huraña ni melancólica; pero si muy escogida en las personas para el trato continuo, y muy sobria en los recreos de puertas afuera.

Eran las tres de la tarde de aquel día sofocante; las iglesias echaban a vuelo sus campanas, los cohetes y las bombas estallaban en el aire sin interrupción. A medida que la tropa desembarcaba, los batallones iban formando en el muelle la columna.

Los cuartos se concluyen, y la infeliz mujer se ve arrastrada, trabajando para dar un pedazo de pan a sus hijos... Y luego, ¿qué saben ellos de dar estimación ni un poco de gracia a la mujer?