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Salomón, el hijo de David, se había posado brevísimo tiempo en la inteligencia de este otro su homónimo. ¡Hombre más ignorante, soberbio y poseído de ...! Llevaba el manteo terciado, la teja al bies, y tenía todo el empaque de un majo.

Se fue el de las odas en un bergantín que había venido cargado de vinos de Cádiz; y sentadito en la popa del barco, fijaba en la costa de su patria los ojos anegados de tan triste manera, que a pesar del águila nueva que llevaba en el alma, le parecía que iba todo muerto y sin capacidad de resurrección y que era él como un árbol prendido a aquella costa por las raíces, al que el buque llevaba atado por las ramas pujando mar afuera, de modo que sin raíces se quedaba el árbol, si lograba arrancarlo de la costa la fuerza del buque, y moría: o como el tronco no podía resistir aquella tirantez, se quebraría al fin, y moría también; pero lo que don Manuelillo veía claro, era que moría de todos modos.

A diez i siete dias del Mes de Junio de mil quinientos i veinte i siete, partiò del Puerto de Sant Lucar de Barrameda, el Governador Panfilo de Narvaez, con Poder, i mandado de V. Mag. para conquistar, i governar las Provincias, que estan desde el Rio de las Palmas, hasta el Cabo de la Florida, las quales son en Tierra-firme; i la Armada, que llevaba eran cinco Navios, en los quales, poco mas, ò menos, irian seiscientos Hombres. Los Oficiales que llevaba (porque de ellos se ha de hacer mencion) eran estos, que aqui se nombran: Cabeça de Vaca, por Tesorero, i por Alguacil Maior; Alonso Enríquez, Contador; Alonso de Solis, por Factor de V. Mag. i por Veedor; iba vn Fraile de la Orden de Sant Francisco por Comisario, que se llamaba Fr. Juan Suarez, con otros quatro Frailes de la misma Orden: llegamos

Eugenia estaba encantadora: llevaba un vestido de tul bordado, un velo de raso blanco, una guirnalda de lirios y rosas blancas y un ramo de las mismas flores; estaba verdaderamente hermosa. Su marido, que tiene una arrogante figura, iba radiante de satisfacción.

Susurraba la leyenda que el tío Frasquito llevaba en su cuerpo treinta y dos cosas postizas, entre las cuales se contaba una nalga de corcho.

Yo no tengo la culpa de que se me haya mandado le enviase á palacio... hice lo que debía hacer; reprendí á Cornejo... le aterré... y sabiendo que don Rodrigo Calderón llevaba sobre las cartas que comprometían á su majestad... llevé á mi sobrino, quiero decir, á don Juan Girón, á un lugar donde podría encontrar á don Rodrigo, y le dije: Mátale, hijo, quítale las cartas de su majestad y llévalas á palacio, donde te llaman.

Quería aludir a la locura del poeta bucólico. El cual continuaba diciendo: No señores, no hablo a humo de pajas; yo la vida que llevaba esta señora viuda en la corte, porque era muy amiga del célebre obispo de Nauplia, a quien yo traté allí con gran intimidad.

La ciudad se hallaba más lejos que el vapor, y sus enemigos caerían sobre él tan pronto como le viesen retroceder. ¿Cuántos eran?... Esto le preocupaba únicamente. «¡Adelante!... ¡adelante!», gritó su orgullo. Había sacado el revólver: lo llevaba en su diestra, con el cañón por delante. En la soledad no había por qué guardar los miramientos y prudencias de la vida civilizada.

Diciendo esto, cogió una tea, y pegó fuego á la casa. Asustado Zadig dió gritos, y le quiso estorbar que cometiese accion tan horrenda; pero se le llevaba tras con superior fuerza el ermitaño. Ardia la casa, y el ermitaño que junto con su compañero ya estaba desviado, la miraba arder con mucho sosiego.

El jardinero abrió y la puerta dió paso á Mauricio Aubry. Llevaba el brazo izquierdo en cabestrillo y su cara estaba todavía pálida. Esperando que vinieran á decirle si iba á ser recibido, se acercó maquinalmente al pabellón del portero. Tenía verdaderamente un aire distinguido y Herminia, que le miraba con sencillez, encontraba en verle un vivo placer.