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Por él suspiraba en Londres, y en Nueva York, y en los puertos más concurridos y llenos de maravillas.

Su dulce rostro resplandecía de contento, y sus grandes ojos azules brillaban como llenos de entusiasmo; hasta parecía que la joven hablaba en voz alta. Hullin prestó atención, pero precisamente en aquel momento pasaba un carro por la calle y no pudo oír nada. Entonces, tomando una resolución sin titubear, entró diciendo con voz fuerte: Luisa, ya estoy de vuelta.

Tiempos de mudanzas llenos, Y de firmezas jamás, Que ya de menos á más, Y ya vais de más á menos, 1220 ¿Cómo en tan breve distancia, Para tanto desconsuelo, Habéis humillado á el suelo Mi soberbia y arrogancia?

Los pesados camiones de la Intendencia, llenos de sacos, eran saludados por el entusiasmo general: «¡Viva el ejércitoLos soldados en traje de mecánica que iban tendidos en la cúspide de la pirámide rodante contestaban á la aclamación moviendo los brazos y profiriendo gritos que nadie llegaba á entender. La fraternidad había creado una tolerancia nunca vista.

Llegaron a él muertos de risa y llenos de piedad todos, diciéndole: Señor Licenciado, vuelva en y mire si quiere beber o comer algo para este desmayo.

Mientras los demás referían aventuras vulgares, sin gloria, él atento a sus pensamientos, con un codo apoyado en la mesa y la barba apoyada en la mano, fumaba un buen cigarro besando el tabaco con cariño y voluptuosa calma; los ojos animados, húmedos, llenos de reflejos de la luz y de reflejos eléctricos del vino, se fijaban en el techo.

Victoriosos y llenos de despojos pasaron adelante y llegaron á Pacía, donde Rocafort poco antes habia llegado de correr de Rodope. Fernan Jimenez gana el Castillo y lugar de Modico. Paréciale á Fernan Jiménez que para asegurar sus cosas, importaba tomar alguna plaza donde pudiese tener cuartel á parte del que tenia Rocafort, porque su condicion no daba lugar á que pudíesen vivir juntos.

¡Ladrón, calla, que me estás asustando! ¡Si se me han puesto los pelos de punta! ¡Callarás, ladrón! ¿Qué fué?... ¿Por qué has apagado la lámpara si en la oscuridad los ojos están llenos de luces? DON FARRUQUI

Además de la espetera y medio bosque de leña y otros objetos propios del lugar, se veían allí una montura completa de caballo; dos escopetas, una carabina, un cuchillo de monte y un morral de caza; un banco de carpintero con todas las herramientas; dos ruedas de carro, a medio hacer; madera labrada para otras tantas; tres sacos llenos de grano; una gata con seis hijuelos recién nacidos; varias pieles de oso; una piedra de afilar, de una vara de diámetro, montada sobre su pilón correspondiente..., y ¡qué yo cuántas cosas más!

Ha renunciado ya á sus defectos más chocantes y á las exageraciones del estilo culto; así, en la comedia Cuál es mayor perfección, dice estas palabras: De esos hipérboles, llenos De crepúsculos y albores, El mundo cansado está. ¿No los dejaremos ya Siquiera por hoy, señores?