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Diccionario Enciclopédico hispano-americano de literatura, ciencias y artes, 26 vols., Barcelona, 1887-1899. Grand Dictionnaire Universel, par Pierre Larousse, 17 vols., Paris. Manual elemental de gramática histórica española, por R. Menéndez Pidal, Madrid, 1905. FITZMAURICE-KELLY, A History of Spanish Literature, New York and London, 1898.

En una extremidad se hallaba alumbrada esta espaciosa habitación por las ventanas de las dos torres; y en la otra, aunque protegida por una cortina, lo estaba por una gran ventana abovedada, provista de un asiento de almohadones, en el que había un volumen en folio, probablemente de las Crónicas de Inglaterra ú otra literatura por el estilo.

En esta situación, empezó á publicarse en 1847 ó 1848 la Biblioteca de autores españoles, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio, divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber pudiese ser algo más que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de la que sólo entienden los iniciados.

Esta malevolencia creció después, cuando subió al trono de los reyes cristianísimos el hugonote Enrique IV, y cuando sus sucesores favorecieron á los protestantes en Alemania y los Países Bajos . Así se explica que los españoles del siglo XVII, ó hasta la caída de la dinastía austriaca, ignorasen del todo la poesía que floreció en los reinados de Luis XIII y XIV, y que, al contrario, tomase tanto de la española la literatura francesa .

Toda civilización se expresa en trajes, y cada traje indica un sistema de ideas entero. ¿Por qué usamos hoy la barba entera? Por los estudios que se han hecho en estos tiempos sobre la Edad Media; la dirección impresa a la literatura romántica se refleja en la moda. ¿Por qué varía ésta todos los días?

La Revista de Edimburgo, encomiando a Fernán Caballero, supone que en Quevedo acabó nuestra literatura, y que después, hasta Fernán Caballero, nada hemos tenido digno de mentarse.

Precipítome huyendo del teatro en la literatura. Un señorón encopetado acaba de publicar una obra indigesta.

En materia de bella literatura y de teatro, no se hable, porque está abonado, y si no entiende la comedia, para eso la paga y aun la suele silbar; de este modo da a entender que ha visto cosas mejores en otros países, porque ha viajado por el extranjero a fuer de bien criado.

Estudios literarios, por D. Pedro José Pidal. Historia del nuevo reino de Granada, por Juan de Castellanos, tomo II. Obras de Hartzenbusch. Estudios históricos, por D. Aureliano Fernández-Guerra. Novelas de Salas Barbadillo. Vida de D. Pedro la Gasca, por Calvete de la Estrella. JOYAS DE LA LITERATURA ESPA

En su lugar oportuno hablamos de las causas de la negligencia, mostrada por Lope, y por la mayor parte de sus coetáneos en la impresión de las obras dramáticas. A los perjuicios indicados entonces, que impedían á los poetas sufragar los gastos de impresión, hay que añadir otro, que gravaba á otras partes de la literatura.