United States or Cambodia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando se reciba de licenciado, cásese con una muchacha rica y devota, trate de curar y cobrar bien; huya de toda cosa que tenga relacion con el estado general del país, oiga misa, confiésese y comulgue cuando lo hagan los demás, y verá usted como despues me lo agradecerá y yo lo veré si aun vivo.

Veme aquí vuestra merced un hidalgo hecho y derecho, de casa y solar montañés que, si como sustento la nobleza me sustentara, no hubiera más que pedir; pero ya, señor licenciado, sin pan ni carne no se sustenta buena sangre, y por la misericordia de Dios todos la tienen colorada, y no puede ser hijo de algo el que no tiene nada.

Por suerte á Doña Juana le cabía El Licenciado Vera por marido: Por Oidor en los Charcas residía; La misma plaza en Chile hubo tenido; Y en su tiempo el Arauco le temía, Que á vueltas de las letras ha servido A nuestro gran Filipo con la espada, Andando tras la gente rebelada. D. Francisco el Virrey, dicen, quisiera Casar á Doña Juana de su mano: A Garay le escribió que á Lima fuera.

A su vez, doña Guiomar abrazó a su hijo esforzándose en sonreír bajo las lágrimas; y, para poder seguirle con la mirada, subió con sus doncellas a la torre del caserón. «Hijo mío: Tardo eres ya en contestar a una madre que te quiere más que a . Hasta hoy, que es día de Pentecostés, no me han llegado otras nuevas que las que trajo de palabra el licenciado Carmona

Los rufianes dijeron: -Bien haya el licenciado; hágalo, que es razón. Con esto, se llegó y sacó al pobre viejo, que dormía, de debajo de los pies unas alforjas, y desenvolviéndolas halló una caja, y como si fuera de guerra hizo gente. Llegáronse todos, y abriéndola, vio ser de alcorzas.

A nadie se le persuadirá que don Francisco de Quevedo, que era en prosa y en verso un poeta lírico antes que todo, idealizador de lo feo, como quien miraba la miseria con vidrios de aumento, hizo la figura de ningún avaro real ni posible en su Licenciado Cabra.

Hablamos algo más todavía, aunque sin tomar los asuntos tan a pecho como antes; y acabando por donde debía haber empezado, averigué que el médico se llamaba Manuel; que le llamaban «Neluco» desde que tenía uso de razón, lo mismo allí que en su pueblo nativo; que no le quedaba en éste, muerto su padre pocos años hacía, más familia que una hermana, casada con un propietario de las inmediaciones; que si no era médico de su propio lugar, consistía en que al recibir el título de Licenciado en Madrid, estaba vacante la plaza del titular de Tablanca, la cual pretendió y le dieron, no siendo fácil hallar otra más de su gusto que aquélla, a no ser la de Robacío, que estaba entonces y continuaba estando ocupada, y, por último, que tenía veintinueve años y que había empezado a los veinticuatro a ejercer la profesión en Tablanca, donde se hallaba como en su propio lugar, y tan apegado a «sus enfermos» como el pastor a su rebaño.

El Muy Ilustre Señor Licenciado D. Pedro Guerrero de Bolaños, Abogado de los Reales Consejos de Castilla; Fiscal e Inquisidor Apostólico de este Tribunal. El Muy Ilustre Señor Licenciado D. Santiago Hidalgo, Abogado de los Reales Consejos, Fiscal de esta Inquisición. Juez Ordinario por el Ilustrísimo y Rmo. Sr. Arzobispo, Obispo de esta ciudad, primero el Rmo.

Y, levantándose, abrazó al licenciado, y quedaron más amigos que de antes, y no queriendo esperar al escribano, que había ido por la espada, por parecerle que tardaría mucho; y así, determinaron seguir, por llegar temprano a la aldea de Quiteria, de donde todos eran.

-Aún no caía yo en tanto, mi señor licenciado -respondió don Quijote-; y yo que mi señora la princesa será servida, por mi amor, de mandar a su escudero a vuestra merced la silla de su mula, que él podrá acomodarse en las ancas, si es que ella las sufre.