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Hay en el lenguaje vulgar frases afortunadas que nacen en buena hora y que se derraman por toda una nación, así como se propagan hasta los términos de un estanque las ondas producidas por la caída de una piedra en medio del agua.

Hasta en sus comedias asestó sus sátiras contra los gongoristas. Así, la heroina en Las bizarrias de Belisa, para zaherir y burlarse de una rival, dice lo siguiente: «Aquélla, que escribe en culto Por aquel griego lenguaje, Que no le supo Castilla Ni se lo enseñó su madre

Después de haber pasado muchos años contemplando todos los días cuadros semejantes al que acabamos de ver; después de haberme familiarizado con los tormentos que pasan los pobres, con sus ideas, y hasta con su lenguaje, he concluido por hallar muchos más desgraciados que infames.

Su lenguaje claro, natural y bello, y la harmonía y perfección de sus versos, contribuyen también á aumentar el mérito de ambas composiciones.

Sus cláusulas sueltas, saliendo de la boca en chispazos violentos, no entran en la jurisdicción del lenguaje escrito, porque lo característico de ellas dejaría de serlo al separarse de lo grosero.

Bastará pues decir, en lenguaje comun, que percepcion es aquel acto interior con el cual nos hacemos cargo de un objeto: siendo la idea aquella imágen, representacion, ó lo que se quiera, que sirve como de pábulo á la percepcion.

Toro Luna es más de censurar que en la novela del señor Muñoz Pabón esta inútil prevaricación del buen lenguaje, ya que las dos personas de su diálogo no son de la clase pobre y humilde, sino de lo más acomodado y elegante de la ciudad de Córdoba.

No sólo se le exime del lenguaje rítmico, sino de aquellas otras trabas con que la retórica dogmática ha atormentado hasta ahora á los poetas épicos y líricos. La novela, en su esencia, rechaza toda definición: es lo que el novelista quiere que sea.

El accidente más curioso en tales días es el que ofrece la llegada de la persona que se supone enterada de lo que va á haber. Rodéanle: el enterado se hace de rogar, principia á hablar en lenguaje simbólico para aumentar la curiosidad, sienta por base que sin la más profunda discreción y la promesa de guardar el secreto, no puede decir lo que sabe.

Es, en particular, muy extraño que, á la vez que Rojas, como hemos dicho, emplea en ocasiones ese lenguaje metafórico y sobrecargado de adornos, posee el don de emplear un estilo natural hasta el extremo, de tal manera, que pocos poetas españoles pueden comparársele bajo este aspecto, y que al mismo tiempo que poseía una imaginación exuberante, que le hacía incluir en sus comedias verdaderos engendros y falsos elementos dramáticos, podía y sabía dominarse y contenerse en este terreno en virtud de su poderosa inteligencia.