United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los únicos hombres honrados que tiene la República son Rivadavia y Paz: «ambos tenían las más sanas intenciones». A los unitarios sólo exige un secretario como el doctor Ocampo, un político que redacte una Constitución, y con una imprenta se marchará a San Luis, y desde allí la enseñará a toda la República en la punta de una lanza.

Un día, con gran reserva, se atrevió a poner de manifiesto sus intenciones a monseñor, el cual frunció el ceño al oírle y le anunció con tono firme y decidido que abrigaba otras miras respecto a él. El abate de V * había sido nombrado obispo, y esperaba algo más; confiaba en alcanzar muy en breve el capelo de cardenal.

Lo que me propones es tentar a Dios; es peligroso para y para ella. ¿Y por qué ha de ser tentar a Dios? Pues si Dios ve la rectitud y la pureza de tus intenciones, ¿no te dará su favor y su gracia para que no te pierdas en esta ocasión en que te pongo con sobrado motivo? ¿No debes volar a librar a mi niña de la desesperación y traerla al buen camino?

Pues ved ahí lo que dice el duque de Uceda: que al separarle del príncipe se ha dudado de sus intenciones, que se ha supuesto lo que él en su lealtad, no ha pensado; que las gentes creen ver en su separación motivos ocultos y por lo tanto pretende... lo más extraño que puede decirse, duque, es casi una rebeldía lo que vuestro hijo pretende.

Virey, en conformidad de la enunciada real órden de 29 de Diciembre de 1779, puede, siendo servido, hacerle la correspondiente consulta, y proceder de acuerdo con S.E. en la deliberacion de este importante y grave negocio; que, en sentir del Fiscal, seria mas fácil y expedible si pudiesen verificarse las reales intenciones, y la solicitud de los establecimientos que se desean descubrir, por medio de algunas embarcaciones pequeñas que navegasen por alguno de los rios que desembocan en el mar y costas de Chiloé.

Recuerde que «el ceco» tiene malas intenciones, y proceda en conformidad a ellas. AddioInnumerables veces traduje, palabra por palabra, esta curiosa misiva. Me parecía llena de un significado y doble sentido ocultos.

Si usted ha errado, las intenciones que la condujeron al error la hacen más merecedora de perdón que a cualquier otro. Usted que se siento indigna del perdón lo ha esperado, lo espera...» «No aquí» fue su respuesta. Y lloró. ¡Ella no!

Yo lo hago, sin dejar de rendir mi obligado tributo a los dolores morales; pero cuando uno de éstos me manifiesta intenciones de molestarme demasiado, metiéndoseme muy adentro o quedándose en más tiempo del tolerable, ¡me le planto delante, le suelto una carcajada y le señalo la puerta: a embromar a otro!

Adiós. El duque de Osuna notó que doña Juana se quedaba en la reja. Tuvo intenciones de volver. De decirla: soy yo; yo el hombre que os ama; el hombre á quien amáis. Porque el duque de Osuna había llegado á comprender que doña Juana le amaba. Pero había comprendido también que doña Juana tenía fuerza sobrada para contener su amor. Que era capaz de morir antes que deshonrarse.

Una parte del castillo había sido edificada sobre una roca, y al pie de ella corría un torrente con violencia inaudita. ¡En el fondo de aquel abismo estaba la muerte!... ¡Una muerte segura, y con ella el reposo!... Más de una vez me detuve al borde del abismo, que medía con mi vista, y dábanme intenciones de arrojarme a él... Pero, ¡Dios me contuvo!