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M. Morel Fatio ha compuesto con ellas capítulo de su libro , emitiendo el juicio que de Antonio Pérez su autor tenía formado, sin que lo modifique la penosa impresión de las declaraciones que hace. «Las peticiones de favor y dinero al Rey; las protestas de adhesión dictadas por el hambre; las adulaciones bien pensadas en objeto y precio, no inspiran, dice, más que conmiseración.

Este medicamento no es insidioso, si se tiene en cuenta que los síntomas poco graves á que corresponde conmueven de tal manera al organismo, que las circunstancias de que se rodean no inspiran seguridad; así es que un vómito por ejemplo, con frio moderado al principio de una fiebre, se le verá complicado con una postracion considerable, con una sed ardiente, con un síncope.

Son imitaciones de Lamartine en estilo pseudoclásico; no me gustan, aunque demuestran gran habilidad en Anita. Además, las mujeres deben ocuparse en más dulces tareas; las musas no escriben, inspiran. La marquesa de Vegallana, que leía libros escandalosos con singular deleite, condenó los versos por mojigatos. «Que no se le mezclase a ella lo humano con lo divino.

Por esto me inspiran tanto afecto los jóvenes que, como usted, se dedican a las bellas letras... Yo, según dicen mis amigos, hablo bastante bien; pues crea usted que soy más escritor que orador. He publicado poco; mi modestia me lo impide. Pero ¡si viese usted el montón de papel que llevo emborronado!...

En aquella población todo se doblegaba á la influencia de los Padres y al respeto que inspiran los ricos. Y Pepe continuó el capitán, sin enterarse de nada; y si algo sabe, como si no lo supiera.

Hay en París casas que inspiran tristeza y otras que infunden alegría. En las fachadas se lee la desdicha ó la felicidad como en la fisonomía de los seres vivos.

Si en general los saltimbancos innumerables de las calles no inspiran sino desprecio por su desvergüenza en escamotar, y si los mil y mil vagamundos de órgano berberisco llevan su impertinencia hasta hacer desesperar, hay entre las muchas clases de artistas y pobres ambulantes una que suele inspirar simpatías al viajero: es la de los músicos.

El corazon del viajero está dulcemente conmovido: el silencio interrumpido tan solo por el canto de los salmos; la muchedumbre de objetos religiosos que inspiran recogimiento y piedad, unidos á las estimables cualidades y á la bondad y condescendencia del anciano cenobita, inspiran al corazon del viajero sentimientos de religion, de admiracion y gratitud, que señorean vivamente su alma.

Múdase entonces el lugar de la escena, que nos representa el panteón de la familia de los Castelvines. Julia ha despertado; su sorpresa, su horror y su amor le inspiran en esta mansión sombría un monólogo de admirable verdad y sentimiento.

Felipe II se revistió de un falso españolismo para continuar la política germánica de su padre. Esta máscara nos causó gran daño, pues aún quedan hoy muchos que la admiran como la más castiza representación del españolismo. Hay para volverse loco ante las absurdas conjeturas y las faltas de verdad que inspiran aquella época.